Caruso : una cena deliciosa

Tras una formidable sesión de arte y música, no era posible hacer otra cosa que amplificar el placer e ir a cenar algo rico. Caminamos en dirección a un lugar que no visitaba hace un buen rato y que su calidad recordaba con enorme claridad.

Nos instalamos en el salón del Caruso, en una bien ubicada mesa en donde se domina el paisaje interior, normalmente con sensible presencia de extranjeros. Después de todo, es un hotel para extranjeros y aprovechar su buen restorán es una opción que pocos locales usan.

Lo primero que solicitamos al mozo fue un aperitivo, kir royale para mí y un  pisco sour para mi partner en esta incursión. Al mismo tiempo, me pareció indispensable contar con un agua mineral para dos, agua para limpiar las bocas y prepararse para un conjunto de delicias.

La carta, deliciosa y llena de oportunidades de goce, nos ofreció un tortellini de locos y un risotto de centollas, platos maravillosamente deliciosos y preciosamente presentados. Este restoran sabe y tiene oficio en agradar los sentidos.

Para acompañar nuestros platos, nada mejor que un Botalcura El Delirio Merlot, una cepa virtuosa en esta combinación de sabores.

Después del éxtasis gastronómico, los postres y el bendito café negro que nos devuelve a la realidad.

Me gusta Caruso, sabe producir placer!!

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Violeta Parra : un homenaje increíble

El centro cultural Gabriela Mistral (GAM) se ha convertido, a un año de su inauguración, en cita obligada varias veces por mes. La oferta cultural es enorme y de muy buen gusto, al punto que muchas veces quedas afuera si no has comprado entradas con anticipación. Aprendizaje que ya está incluido en el ADN de mi partner, quien eligió una inmejorable posición en la sala.

Esta noche, bajo el concepto de «Universidad del Folklore», se desarrollaría un repaso del universo creativo de Violeta Parra. Quién mejor para abrir el espectáculo que el propio nieto, Angel Parra.

Armado de una guitarra de palo (la tradicional guitarra acústica), presentó un extraordinario paseo por las creaciones instrumentales de Violeta, trabajoque pocos conocen y que solo un talento interpretativo del nivel de Angel podría tocar. Increíbles temas y sorprendentes las anticuecas, en donde Violeta demuestra todo su genio.

Concluida esa primera parte, Angel invita a la actriz Francisca Gavilán, famosísima por su increíble papel como Violeta en la película de Andrés Wood (Violeta se fue a los cielos). Realiza una pequeña y sabrosa entrevista a Francisca, mientras en pantalla se observa parte del making-of de la película. Por cierto, no pasó desapercibido que estaba presente en la sala el director Wood.

La siguiente escena, se inicia con el ingreso de los maestros de jazz, Andy Baeza (batería), Sebastián Jordán (trompeta), Agustín Moya (Saxo), Lautaro Quevedo (teclados), Eduardo Crespo (contrabajo), para acmpañar la guitarra virtuosa de Angel Parra. Se presentan como la nueva banda de jazz Los Fugitivos y la emprenden con famosas canciones de Violeta en clave de jazz. Un filete!!!!

El éxtasis para el público llegó cuando se incluye en la banda a Francisca Gavilán para interpretar algunas canciones. Una delicia de espectáculo.

Estupenda función y gran homenaje a Violeta Parra.

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Minga : a la hora del hambre bienvenido

Una noche estival deliciosa, conversaciones pendientes y hambre, dan la combinación perfecta para ir a comer algo rico a un buen sitio.

La selección del Minga fue rápida y la atención también, pues apenas ubicados en la terraza (estupendamente ampliada desde hace un tiempo) y ya habíamos elegido una pizza puttanesca. Las pizzas a la piedra son la especialidad del lugar y nay forma de equivocarse. De la carta de vinos, extraje un exquisito malbec gran reserva 2007 de Chamán, todo un acierto.

Como la conversación abundaba, fue necesario incluir otra pizza al disfrute, esta vez una Calabresa, con esa combinación de queso de cabra y rúcula que me fascina.

Está muy rico el Minga!!!

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La Petite France : un biketrekking exquisito

Una mañana que me parecía fome, me iluminé con la idea de hacer un viaje en cleta tan lejos como fuera posible y que coincidiera con un buen sitio para almorzar rico. Esto, por cierto significaba dirigirme hacia la periferia de Santiasco y especialmente hacia el Cajón del Maipo.

Esta ciudad tiene la milagrosa virtud de estar rodeada por montañas y a poca distancia es posible disfrutar de un paisaje maravilloso y un clima propio de la cordillera y que hace increíble cualquier incursión. En cleta el asunto es un poco más complejo, pero no menos disfrutable.

Tras un avance de alrededor de 23 kilometros, llegué al lugar en que mi padre reposa de su viaje terrenal y me pareció un buen momento para conversar con él. Tras estacionar mi cleta, fui a comprobar las condiciones en que está su dormitorio, Al fin y al cabo estaba bien. Salí hacia los comercios callampas que están alrededor del cementerio y compré flores, aquellas que más me gustan y que estoy seguro que mi lindo viejo disfruta. Adorné la tumba de mi padre y mientras conversaba con él y nos poníamos al día de nuestras vivencias, reposé un buen rato.

Terminada la visita a mi viejito, seguí pedaleando por una buena cantidad de kilometros, me detuve a beber rico jugo de mote con huesillos (de hecho llené mi botella con jugo para disfrutarlo después), pasé por el Calypso, un restoran italiano exquisito que estaba llenísimo, luego el Ko, otro lugar que me gusta para finalmente llegar a La Petite France, un restorán con hotel que siempre apetece en el Cajón del Maipo.

Aunque estaba bastante lleno, ahí bajo los árboles del jardín había una mesa para mí. Puse mi cleta a un lado y bajo los árboles me dispuse a disfrutar un almuerzo campestre. Partí con un kir royale mientras revisaba la carta de menús del lugar. Me encanté con una ensalada de trucha ahumada que tardó un tanto en llegar. Los trozos de trucha estaban increíbles y decidí añadir una botella de agua mineral sin gas.

Posteriormente, solicité una merluza austral en salsa de camarones con couscous y espinacas a la crema como plato de fondo. La fórmula del lugar es un menú con varias opciones (hasta 4 por tipo), todas exquisitas de acuerdo a mis experiencias.

La oferta de vinos es un poco esmirriada, pero descubrí un sauvignon blanc santa digna 2007 que me servía muy bien para acompañar mi plato y no me equivoqué. Deliciosa combinación.

A la hora de los postres, el menú consideraba un delicioso helado de pistacho que no demoré en elegir y disfrutar. Como el servicio era bastante lento y me urgía volver a santiasco para otro placer, apuré el pago de la cuenta y las miradas agradecidas a la morena preciosa que me atendía.

Nuevamente abordo de mi cleta, un vertiginoso regreso a santiasco, a pesar del dolor muscular (siempre se me olvida elongar), hice un tiempo espectacular y llegué tras esos 87 kilometros a casa para una ducha reparadora.

Gran paseo, mejor biketrekking!!!

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Café del Autor : rico oasis

Hoy era un día de junta de proyectos con mis socios y cerca de la hora de reunión, comenzamos a coordinar el arribo a mi departamento. Habría retrasos y habiendo contactado a mi hermano, quien calmaba su apetito en el conocido restopub Ramblas, decidí pasarlo a buscar.

Allí compartimos una cerveza mientras él comía una buena hamburguesa casera y considerando los tiempos, decidí invitarlo a una incursión preliminar en un local recientemente inaugurado. Se trata del Café del Autor, un sitio que me llamó la atención algunos días atrás pues posee una terraza interior que imaginé disfrutable. Caminando unos cuantos metros, nos introdujimos en el sitio y nos instalamos en una mesa en medio del patio terraza. Que rico se siente el lugar, curiosamente aislado del ruido y especialmente del tipo de comensal que abunda en el barrio Manuel Montt, jóvenes ansiosos de chela y chorrillana.

Un verdadero oasis, nos atendió una jovencita para que seleccionáramos, de una brevísima carta, un té de frutas para mi hermano y para mí un delicioso jugo de frutos del bosque (berries exquisitos) y un tapadito de queso y champignones. Deliciosos bocados que suman a la fantástica ambientación con maderas que cubren completamente la antigua casa y que enaltecen el estilo sencillo pero de excelente gusto del lugar.

Este café está preciso para convertirlo en una opción de oficina al paso, posee WiFi, infusiones, pastelillos, sandwiches y especialmente toda la tranquilidad que se requiere. Me encantó¡¡

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Ambrosía : deliciosa terraza

Uno de esos días calurosos y con una eterna mañana de compromisos laborales, solo incrementó mi deseo de poder ir a alguna buena terraza a disfrutar un almuerzo de primera.

No fue necesario pensar mucho dada la pobre oferta en el centro de Santiasco, así que caminando rapidamente ya estaba instalado en esa exquisita terraza escondida tras la el museo Casa Colorada en donde precisos ventiladores mantienen una atmósfera fresca y disfrutable.

Me atiende un mozo nuevo, pero pude notar como poco a poco otro mozo bastante habitual en anteriores visitas le aconsejaba sobre la atención. Buen detalle, ya que todo fluyó de manera fantástica y que es lo que me hace volver a este lugar.

Consultada la carta, pedí un Filete Croque Madame, trozo filete sobre una delgada masa con salsa bechamel incluido el jamón crudo, queso roquefort y algún fruto seco molido, coronado con un par de huevos de codorniz fritos y acompañado de papas hilo y una buena dotación de hojas verdes y pequeños crutones. también solicité una botella de un Malbec 2010 de Casillero del Diablo con abundante acidez para acompañar muy bien este plato

Mientras llegaba mi plato, se acercó el mozo más antiguo y charlamos un rato acerca de lugares de jazz, pues me comentó que me había visto en un sitio de jazz en Patio Bellavista en donde trabajaba algunas horas. Grata sorpresa y buena conversación.

Para los postres, la tentación de un Marquise de Chocolate y salsa de frambuesa fue preciso para luego  cerrar con mi rico café negro.

Definitivamente, Ambrosía tiene la mejor terraza del centro.

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Arrieros Colombianos : un sabroso nuevo sitio

Buscando en donde almorzar rico y que resulte una novedad digna, llegamos con un amigo hasta un local en barrio Yungay llamado Arrieros Colombianos, un sitio claramente dedicado a la comunidad colombiana y que nos permitiría disfrutar parte de su tradicional comida.

Salvo por nosotros, el resto de los comensales eran todos compatriotas colombianos al igual que el personal de servicio. Ambientado de manera muy propia de esas latitudes, no cabía duda en que podía esperarse y cual podría ser la selección a comer.

Para ambientarnos pedimos una entrada para compartir, unos pasteles de pollo, esto es unas bolitas de arroz, papas y pollo que estaban deliciosas.

Con bastante hambre en el cuerpo, me decidí por la arepa de carne y pollo con salsa criolla la que acompañé con unas papas pa’l arriero. Equivalía a una pizza con masa de maíz con carne de res y de pollo deshilachada y una sabrosa salsa de tomates y cebolla encima (dejando claro que solo es una analogía). Un plato tremendo que las papas salteadas y arrebozadas de queso solo incrementaron el desafío. Mi socio se fue por un peculiar bistec a caballo, un trozo de lomo vetado a la parrilla en una salsa criolla acompañado de papas y con un gran huevo frito encima, nada que envidiar al lomo a lo pobre de la comida chilena.

Una botella de cabernet sauvignon fue compañera obligada para poder digerir estos platos y hacer de la jornada gastronómica un placer.

Gran incursión, la comida colombiana es muy sabrosa y potente.

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Tour de museos : una visita imperdible

Ya era tiempo de enfrentar un paseo por los distintos museos de Santiasco, pues se cumplía el plazo en que se renuevan las exposiciones. Comencé mi paso por el edificio de  telefonica-ctc (hoy womistar) solo para constatar que lamentablemente llegué un dia después del cierre de la exposición. Bueno, no siempre es tan matemático el proceso de renovación de muestras.

Seguí caminando en dirección al GAM, siguiente parada, en la que no tenía dudas acerca de encontrar algo interesante. Efectivamente, en el subterráneo me esperaba una interesante muestra acerca de la Propiedad Intelectual en Chile, un tema delicioso ya que a pesar de los años transcurridos desde la primera patente registrada en Chile, sigue siendo un tema controversial y materia obligada en todos los tratados entre naciones y por cierto, un asunto no resuelto para el fomento de la innovación en Chile. Llama la atención que lo que más se registra en Chile son marcas, inventos muy pocos y ni hablar de innovaciones disruptivas o asaltos tecnológicos que puedan posicionar al país en la retina de la creación tecnológica. Mucho por hacer!!!

Continué el paseo por el Mavi pero mantenía la misma exposición que revisé en mi visita anterior, así que tardé muy poco en seguir la caminata y esta vez directo al Museo de Bellas Artes (MNBA). Mucha gente, algo inusual salvo cuando hay una exposición que ha sido publicitada en TV. Como sea, en el primer nivel se desarrollaba una interesante muestra de esculturas de Edgar Degas, un personaje obsesivo con los detalles y sobretodo con el movimiento. Se imaginan el enorme desafío que él asumía, representar el movimiento grácil y delicioso de una bailarina de ballet o de un caballo trotando. Pues bien, Degas acomete esa tarea y realmente es notable el resultado. Cabe destacar que Degas es más conocido por sus pinturas, pero legó a la humanidad una enorme cantidad de preciosas esculturas, parte de las cuales se exhiben en el MNBA.  Es una delicia que disfruté lentamente observando desde muchos ángulos las preciosas figuras y consultando en línea los datos que obtuve al leer los códigos QR dispuestos para los espectadores en varias de las etiquetas de las esculturas. Gran acierto!!

En el subterráneo me encontré con una exposición deliciosa, llamada Brasil Brasileiro, con una muestra de una gran cantidad de artistas brasileños de diversas épocas y que representan de muy buena forma la creatividad de ese pueblo. El color y las formas son un festín de placeres que vale la pena visitar.

En el segundo piso, una maravilla fotográfica, se trata del maestro André Kertész en una selección de fotografías que recorren sus distintos periodos y su impronta indeleble, esta muestra es imperdible!!

Concluido mi recorrido por el MNBA, seguí hacia el MAC temeroso que estuviera cerrado debido a la reconstrucción recientemente iniciada tras el terremoto del 2010, pero fui sorprendido por un acceso habilitado en forma bien artesanal, pero ahí estaba mi querido MAC operando con dos pisos. En el subterráneo (zócalo), una muestra extraña pero no menos interesante, ya que los patrones del arte contemporáneo no admiten muchas clasificaciones. En el primer piso, además de la 4° Furia del Libro, una muestra de más de 1000 libros genial, muy under y de contenidos poco comerciales, lo cual la hace más interesante. Desde comic, pasando por poesía, declamaciones, luchas de género, minorías sexuales y todo lo que se puedan imaginar. es notorio que la mayor parte de los visitantes son jóvenes, nuestra salvación social e intelectual, ya que el resto de la población prefiere seguir las instrucciones de la TV y del staus quo.

Tras visitar la muestra de arte experimental de los 70 y 80’s, pude abandonar el lugar y respirar nuevamente agradecido del arte en santiasco, este tour de museos me hace sentir que todavía hay creatividad en el país.

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Travesía Provincia – El Manzano : maravillosa aventura

Pasé muchos días esperando que el calendario me regalara esos tres días inhábiles que requería esta hermosa travesía por los cerros de la Cordillera Central y que me llevaría desde el cerro Provincia en la comuna de Las Condes hasta la zona de El Manzano en el Cajón del Maipo.

Organizado por un notable malayo, Gustavo, hubo muchos que se sintieron llamados a esta aventura, pero la cordura y un buen sentido de la seguridad permitió que el grupo fuera conformado por solo 23 entusiastas aventureros.

El día inicial y a la hora señalada, junto a mi gran amigo René y su nieto Nacho, llegamos al punto de encuentro en la entrada de San Carlos de Apoquindo. Equipados con todo el sobrepeso que nuestras espaldas pueden soportar (siempre es más de lo que recomiendan las reglas empíricas), poco a poco llegaron casi todos los malayos convocados.

Claramente esta aventura se constituiría en una de las travesías más numerosas que hemos realizado con los malayos y aunque a poco andar, mientras subíamos el cerro Provincia, se produjo un abandono por fatiga (hay que reconocer que no es fácil subir este cerro con carga), lo concreto que quienes continuarían lo harían hasta el final.

Cuando llegamos a Cancha Carrera, el frío comenzó a sentirse muy fuerte, estaba cayendo plumillas de nieve y la temperatura ambiente claramente había descendido mucho. El buen ánimo y sobretodo las ganas, nos llevaron a continuar el ascenso pues, a pesar de todo, estaba calculado que a todo evento llegaríamos con luz de día a la cumbre para hacer nuestro primer campamento.

Un frío intenso nos recibió en la cumbre y además de nuestro grupo, una interesante cantidad de otros excursionistas estaban en el lugar. Armamos campamento y comenzamos la rutina de hacer agua de la nieve para equiparnos para la siguiente jornada y para cocinar nuestra primera cena de la travesía. Con mi cordada, Pussy, preparé un rico puré al merkén con unas vienesas de pavo que saboreamos hasta el final, hambrientos y con mucho frío.

Muy temprano, ya estábamos arropados al interior de la carpa y nos dimos a la tarea de intentar dormir lo mejor posible tras la agotadora jornada. La vista desde la cumbre de Santiasco iluminado es formidable, dan ganas de estar siempre mirando desde esa altura y con la sensación extraordinaria de libertad que nos regala la montaña.

Temprano por la mañana, demasiado para mi gusto y con bastante frío (varios grados bajo cero), desayunamos de manera cómoda pues tuve la precaución de guardar agua caliente en mi termo y que se mantuvo muy bien durante toda la noche. Habiendo consumido una gran cantidad de calorías (ricas por cierto), nos dispusimos a desarmar campamento para iniciar la segunda jornada de nuestro viaje.

Dejamos el cerro Provincia y nos dirigimos al Morro El Tambor, un sendero muy claro y que sigue el curso de los filos de las montañas del sector. Varias horas de caminata con algunos descansos para incluir alimentos en nuestros cuerpos hasta llegar a las cercanías del desafiante San Ramón. Este cerro presenta una permanente ventolera de aire frío que a veces puede ser insoportable. Dejamos las mochilas y abrigados adecuadamente, nos fuimos por su cumbre.

Una vista excepcional, a pesar del viento implacable, nos permitió tomar muy lindas fotos de nuestro grupo. Me produce mucha alegría ser parte de un equipo tan espontáneo, buena onda y especialmente sano, lo cual se nota permanentemente en detalles deliciosos. Nadie discute los liderazgos, son naturales, todos en forma instantánea están dispuestos a ayudar a los demás, todos cooperan en mantener la armonía y alegría del grupo. En verdad, es demasiado grato, disfrutar la naturaleza en tan buena compañía.

Regresamos por nuestras mochilas y bajamos en dirección a Los Azules, buscando un lugar en donde cerrar nuestra segunda jornada con un campamento en donde recuperar energías y descansar. El lugar elegido, considerando cuanta luz de día quedaba y el cansancio del grupo, no fue el mejor pues el viento era implacable. Sin embargo, la buena onda primó y con maña fuimos capaces de armar las carpas a pesar del viento y mejor aún, hasta pudimos cocinar en condiciones absolutamente adversas. Esta noche, con mi cordada nos hicimos unos fideos caracoles con crema y atún, los cuales engullimos escondidos del viento en la carpa.

La segunda noche fue algo tortuosa, pues el viento nos azotó incesantemente, al punto que gran parte del tiempo el techo de la carpa nos golpeaba las caras. Evidentemente, fue difícil dormir en forma continua, pero igual descansamos lo suficiente como para retomar la travesía con muy buen ánimo.

Considerando el viento, decidimos que desayunar merecía un mejor lugar, así es que iniciamos tempranamente el descenso hacia la casa de un arriero, en donde sabíamos que encontraríamos agua y unas mesas en donde darnos un festejo.

En efecto, tras unas pocas horas, llegamos primero a un refugio abandonado (que ganas nos dieron de reconstruirlo en nombre de Los Malayos) y luego llegamos a la casa buscada en donde nos dimos maña para un banquete malayo de epopeya. Es divertido observar como de las mochilas salían delicias, jamón serrano, huevos, quesos, paltas y cuanta exquisitez se puedan imaginar. Ahí tomé contacto, una vez más, con el espíritu del grupo, había que pasarlo bien y todos dieron lo mejor para que eso fuera posible.

Desconozco como fuimos capaces de seguir la travesía después de comer tanto. Pues bien, continuamos la ruta, descendiendo e iniciando el cruce repetido del río, haciendo equilibrio en las rocas, improvisados puentes que todos salvamos sin complicaciones mayores. Perdí la cuenta de cuantos cruces de río realizamos, pero todos y cada uno de los integrantes del grupo lo conseguimos.

Hacia el final de la travesía, el bendito regalo de las empanadas y cervezas, que nos esperaban a la salida de El Manzano. Allí, previo aviso, nos tenían una provisión asombrosa de empanadas de pino, también de queso, para saciar toda el hambre acumulada. Un final de antología para una travesía maravillosa.

Unas fotos del recuerdo, para mis queridos malayos.

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Liguria : un almuerzo de rico de predecible sabor

Cada cierto tiempo regreso inevitablemente al Liguria, en su tradicional local de Manuel Montt. Me gusta que cumplan la promesa de cada plato, a pesar que son los mismos por tantos años. Es extraño, pues si algo me fascina es probar nuevos sabores, pero de vez en cuando, es bueno ir por un sabor conocido.

Partí con mi tradicional agua mineral sin gas, mientras admiro la belleza de una nueva chica que atiende el lugar. Un parecido sorprendente con una sensual actriz motiva observarla. Toma mi pedido, una mechada, esa exquisita e imperdible mechada cocinada por más de 5 horas para que sea una blanda delicia. Carne que acompañé con un rico puré picante y una botella de cabernet sauvignon de Santa Ema, un tinto delicioso del Maipo.

Un almuerzo extremadamente tranquilo, leyendo una revista de national geographics que compré al paso un par de días antes. Mientras soñaba con algunos viajes que quiero realizar para conocer la inmensa belleza de nuestro mundo, fui lentamente comiendo mi rico plato hasta no dejar nada.

Para los postres me entusiasmé con un helado de chocolate Araucano (chocolate mezclado con ese licor de hierbas araucano), delicioso!! y por supuesto, un café bien negro.

Me gusta el Liguria, cumple!!

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