Lagunillas : un rico paseo en cleta

Este centro de sky en el Cajón del Maipo está casi desierto en esta época del año , pero se transforma en un escenario ideal para hacer una buena y desafiante ruta en cleta.

Desde el camino El Volcán, hay algo más de 16 Km. de camino de tierra de solo subida hasta el centro de sky. Un camino lleno de linda vegetación, hoy plagado de hermosas flores y fresco paisaje.

A las 7:30 horas en el punto de encuentro, cargamos cletas en un simpático carrito tirado por un minibus que nos transportó al lugar de partida. Allí, combinamos con una gran cantidad de amantes de la cleta que nos esperaban para conformar un grupo de casi 20 personas.

Un ascenso en cleta no solo requiere esfuerzo físico, como es obvio, sino algo que suelo llamar, meditación en movimiento. Es una sensación increíble el poder vaciar la mente y el ritmo cadencioso de las piernas se convierte en un virtuoso motor que alimenta una sensación de tranquilidad, una paz que no se puede conseguir en el espacio laboral y que todo el cuerpo agradece.

Fueron dos horas y 10 minutos hasta el destino, en donde un merecido descanso, conversación y una fresca cerveza me regalaron un disfrute adicional. En la bajada, hice innumerables detenciones para poder tomar fotografías del hermoso y solitario paisaje de la montaña, otro de de mis personales placeres.

Mientras esperaba a mis compañeros, decidí refugiarme en el restorán El Campito para gozar una buena empanada casera y una deliciosa vaina doble. Muy bueno!!!!. En fin, como demoró un poco más de la cuenta la llegada de todos, me vi obligado a añadir un enorme chacarero en pan amasado, que fue la envidia de todos.

Delicioso paseo!!!

Aproximación a Piuquencillo : lindo paseo

Muy temprano de domingo se inicia un paseo hacia un cerro inalcanzable, son dos días de travesía normalmente, pero queriamos llegar al menos hasta la base. Meta que suponíamos realizable.

Viaje raudo desde Providencia hasta la estación de servicio copec a medio camino hacia el Cajón del Maipo. Un punto de reunión típico de Los Malayos, cuando vamos a este cordón de cerros.

Pues bien, a las 8:10, es decir a los 10 minutos que definen el timeout de espera en cada paseo, nos ordenamos en los vehículos más apropiados (el resto nos esperaría lindamente estacionados) y partimos al paseo dominical. Me encanta el respeto por el tiempo de todos, la puntualidad es un bien superior.

A esa hora pocos vehículos se dirigían hacia Lagunillas, precioso balneario de invierno, fuimos los primeros en estacionar en la explanada. Tras los embetunamientos de protector solar y postura de polainas (hay demasiada nieve), partimos hacia nuestro deseado destino.

Una caminata intensa, sobretodo al principio, lo cual se vió más complicado con el espeso e indeseado barro, resultado de una nevazón derretida por el lindo sol de este día.

Gran travesía, extensa y hasta pude medir mis 3.853 calorías gastadas en el esfuerzo. Considerando que solo llegamos hasta las cercanías de la base del cerro Piuquencillo, a una loma majestuosa; no obstante sus rocas no fueron suficientes para protegernos de la ventisca fría que congelaba el alma. Fue divertido y al mismo tiempo sufrido disfrutar el menú malayo con mitones de nieve en las manos (que fríooooo!!!). Quedamos manchados de todo, especialmente del café maravilloso del maestro David. Sin embargo, nada impidió que pudieramos comer y beber rico, aparecieron unos choritos que se sirvieron con mayonesa, frutas, cereales varios, huevos duros (infaltables), turrón, chocolates, te con manzana y canela, etc.

Los Malayos sabemos pasarla bien!!!