99 : arrogante pero bueno

Hace tiempo que venía escuchando comentarios acerca del restaurante 99, ubicado en la calle Andrés de Fuenzalida mismo número y no había tenido ocasión de visitarlo por lo restringido de sus horarios. Abren solo al almuerzo y a la cena por un par de horas. De hecho, incluso el sitio web 99restaurante.com solo existe para reservar, lo cual pone de manifiesto su estilo.

Prometen una propuesta gastronómica de autor diferente cada día, que puede traducirse en que cada día la creatividad del equipo de cocina produce algo distinto y que los comensales asisten un poco a ser sorprendidos. Ciertamente, crear platos lo considero maravilloso aunque al mismo tiempo arriesgado, ya que no hay paladar para todo. No obstante ello, fui gustoso a la prueba.

Ubicado en la terraza (imposible encerrarse en estos días de canícula desatada) y la chica me sirvió una copa de agua, mientras elegía mi entrada. Puso en la mesa unos cortes de pan y mantequilla negra con sal marina, buen acierto!. Partí entonces con un carpaccio de res con queso de mani, palta y rúcula que constituyó un buen comienzo, especialmente porque acompañé con una copa de reserva carignan Villalobos, un vino adorable. Para el fondo, seleccioné un puré de porotos pallares con verduras asadas (coliflor, champiñones), unos cortes de los mismos porotos y una porción de papas rústicas fritas. Acompañé con una copa de ensamblaje de cabernet sauvignon con syrah (de una viña boutique que no conocía y cuyo nombre no retuve). Muy rico, solo habría dejado fuera la coliflor.

Para el postre, algo inesperadamente simple, un helado de plátano con manjar suave de leche y crocante, seguido de mi habitual café expreso.

Honestamente prometía más por lo que se habla, no me logró fascinar y como me trae reminiscencias del Boragó, debo confesar que no queda primero en mi lista, pero sin duda en muy buena posición.

Cleta y museos domingueros

Intentando combinar la necesidad de ejercicio al aire libre y el insoportable calor en una dosis más cómoda que un día completo bajo el sol en la montaña, decidí una solución a la ecuación que otrora me ha dado buen resultado.

Comienzo usando la entretenida Ciclorecreovia en Providencia, Lyon hasta Pocuro con Tobalaba, sigo por Isabel La Católica entroncando con el parque central que va por Américo Vespucio hasta La Pirámide. Allí inicio el  acceso al Parque Metropolitano, ascenso hasta la plaza Antilén, en donde hago la primera parada para disfrutar un rico jugo de plátano y arándanos. Tras la pausa me encamino hacia la cumbre del San Cristobal llegando a la Terraza Bellavista.

Con sorpresa confirmé que ya no dejan ingresar con bicicletas al mirador en donde suelo beber jugo de mote con huesillos. Arbitraria nueva regla (tal vez justificada por la impresionante cantidad de bicicletas estacionadas en los bicicleteros disponibles en la entrada. La verdad es que me molestó un poco, ya que las medidas de convivencia anunciadas en octubre para el San Cristobal  indicaban que los fines de semana no se permitiría subir vehículos motorizados, sin embargo, me topé hasta con buses en el trayecto.  ¿porqué aplican solo una parte del plan?

Emprendí la bajada del cerro por Pedro de Valdivia, luego tomo hacia Barrio Bellavista hasta puente Arzobispo y regreso a casa, para tomar una buena ducha.

Un rato más tarde,  salgo a mi tour de museos, partiendo por el GAM en donde quería visitar la exposición de Quino y Mafalda, un exquisito paseo por el humor agudo, el comentario político y social que jamás pasa de moda. Estos 50 años de Mafalda ponen de manifiesto que poco ha cambiado el mundo bajo la mirada de la injusticia, los abusos, la guerra y el sistema económico vigente. Es un imperdible de este inicio de año y para todas las edades.

Sigo hacia el MAVI para ver una muestra llamada 20 artistas 20 obras montada en solo dos pisos del museo ya que los otros estaban cerrados mientras preparan otra exposición. La selección me resulta conocida ya que son obras que han estado antes en el MAVI ya que forman parte de la enorme colección que posee el museo. La próxima parada, el lindo MNBA para disfrutar Universo Carreño,

Hace más de 20 años que vi la anterior muestra de la obra de Mario Carreño, el cubano chileno más famoso de las artes en Chile y Premio Nacional en los 80’s. Instalada en la Sala Matta, subterráneo del MNBA es un extenso recorrido por todas las facetas pictóricas del gran artista.

Todavía me queda una última parada, el MAC Parque Forestal en donde visualicé dos exposiciones recomendables. La Forma del Diablo en el zócalo, es una muestra colectiva por las diversas representaciones en que cotidianamente identificamos el mal en nuestra sociedad, son las expresiones sociales y más políticas en contraposición a  la iconografía de la religión católica. En el primer piso del museo, estaba la imperdible Don’t Forget (una partida de ajedrez de Duchamp con Man Ray y Salvador Dalí).  Marcel Duchamp fue un artista del modernismo que buscó apartarse del arte en cuanto algo que entrega visualmente el artista reemplazándolo por lo que ocurre en la mente de quien mira. Crea la idea de lo maquinal, formas del maquinismo erótico, poético, kinético, no retinal solo ocurriendo en la mente. Como ajedrecista, este juego es la excusa para el contrapunto que tuvo con la fotografía de Man Ray y que los unió en amistad largamente y de la misma forma con el gran Dalí. Muy interesante, aunque a ratos de difícil comprensión.

Aquí cierro el relato de los disfrutes domingueros absolutamente gratis que tenemos en Santiasco.

Dos descubrimientos gastronómicos de inicios de año

Para esas ocasiones en que encontrar una terraza disponible,  bien atendida y que haya una oferta gastronómica interesante, es un problema, días atrás encontré una solución. Se trata del Santa Pizza en Orrego Luco e inmediatamente al costado de El Huerto.

Lleva poco tiempo y claramente compite con dos colosos del sector, El Huerto que ya mencioné y De la Ostia (sin incluir al exquisito Le Flaubert, cuya terraza es muy pequeña). Como se trata de mi junta quincenal con una gran amiga, a quién le gusta el Liguria, por fin se convenció que en terraza es mejor, sobre todo en una calle de bajo tráfico.

Mi amiga quiso aprovechar el happy hour (mojito santo y caipiroska pasión), pero yo me tenté con una limonada cesar citrix mix (jugo naranjas, limón, manzana con miel y hielo)

Luego vino el hambre y como es obvio, nos fuimos por las pizzas. Ella con una pizza mediterránea (berenjenas, champignones salteados, zuchini sellados al ajo y finas hierbas, mas aceitunas y queso parmesano) y para mí una pizza siciliana (anchoas, peperoncino, aceitunas negras, salame italiano y tomates deshidratados), lo que acompañamos con un delicioso Tabalí carmenere reserva 2012. Al cierre, como corresponde, un buen café.

Días después y tras una buena sesión de teatro, regresé con mi partner a explorar un poco más la oferta de este lugar. Esta vez, probé el jugo del campo (albahaca fresca macerada con trozos de frutilla, te verde, un toque de limón de pica y hielo frappe), lo que me confirmó que los jugos son algo bien trabajado y recomendable de todas maneras.

Para comer,  nos inclinamos por el Antipasto Santo (surtido de prosciuto di Parma, salame felino italiano, queso gorgonzola, grana pradano, manchego y camembert, trocitos denueces, aceitunas verdes y negras y unas tostadas) al que añadimos gaseosa  y una exquisita cerveza Guayakán del Valle del Elqui. Una muy rica y agradable sorpresa.

Otra incursión de la que me alegro poder contar algo disfrutable, la obtuve una noche caminando en el barrio Manuel Montt. Muy cerca del Minga y aparentemente en el mismo conjunto de construcciones, encontré algo delicioso. Se trata del Meze, kitchen bar, comida turca (Estambul). De  primera impresión, unos tres meses abierto, un hermoso comedor y algo más adentro, una terraza interior pequeña pero en extremo agradable.

Una sencilla elegancia, atendida por una chica y por un turco que me pareció que era el chef quien salió de la cocina a atenderme. Observé detenidamente el lugar, cinco mesas ocupadas, amenas conversaciones y muy buena música en una noche cálida y estrellada tras un dia de 37°c.

Inicié el experimento con un Sigara Borek, unos rollitos de masa hilo fritos y rellenos con queso de cabra mezclado con perejil que llegaron acompañados con un pequeño pote de yogur natural. Cabe destacar que la mayoría de los platos consideran el yogur, con lo cual aprendí que éste forma parte integral de esta gastronomía.

Para los fondos, elegí un Kofte Durum, que viene a ser una hamburguesa turca grillada (hamburguesa, tomate y cebolla en un rollo de masa tipo burrito mexicano) con una mini ensalada (lechuga, frutilla, nuez y aceto balsámico) además de una porción de humus. Aunque no tenían carta de vinos, si tenían y tras algunas interrogaciones dí con una botella de Casa Real carmenere 2011.

Fue una cena tranquila y silenciosa que concluí con un imperdible café turco acompañado de unos caramelos turcos de indefinible sabor que llegaron en una cajita de metal muy hermosa.

Buenas opciones que añado a mi lista de disfrutes!!.

 

 

Lugares transformados : nuevas opciones de disfrutes

Por varias semanas había pasado enfrente del viejo Gatopardo en Barrio Lastarria, cerrado y en evidente intervención. Lo estaban remodelando o se estaba construyendo algo nuevo?. No lo supe hasta que un día de esos, en que voy caminando de forma aleatoria y sin rumbo me encontré con el mismo sitio que visitaba en los noventas y que ahora se había transformado en la República Libre del Pisco, CHiPE Libre, o bien Chile Perú la república del pisco. Debo destacar que este lugar durante muchos años, en los noventas, fue mi sitio preferido para beber cervezas belgas sorprendentes, recuerdo delirium tremens, guillotin, triple de brujas y muchas más. Un filete que fue imperdible!!

Me llamó la atención que manteniendo las características estructurales del local anterior, habían creado una onda muy especial y que evidentemente gustaba ya que había una numerosa asistencia. Reconocí casi toda la infraestructura, pero claramente era otro lugar. Me instalé en la terraza del patio interior y me dispuse a esperar que me atendieran mientras disfrutaba un buen libro de graffitis (The Graffitis Wall).

Un chico del servicio finalmente se acercó a tomar mi pedido, elegí uno de los cócteles basados en pisco (de una increíble variedad disponible) y acompañé unas coquetas empanaditas, una justificación para percibir el lugar. Días después regresé con mi partner para probar otras variedades de pisco y disfrutar un trío de ceviches sorprendente. Este es un lugar que promete buenas experiencias, aunque debe mejorar el nivel del servicio si quiere llegar a ser un imperdible del barrio.

Otra sorpresa me llevé cuando quise revisitar en estos días el exquisito Infante 51,  esperaba una abundante oferta de pescados y carnes y me encontré con una impresionante oferta de abundancia propia del Juan y Medio. No podía creerlo, un Juan y Medio en pleno Providencia!!

Una sonrisa se dibujó en mi rostro y algo parecido ocurrió con mi partner, quien no se imaginaba como se conjuga la palabra abundancia en este lugar.

Partimos con agua mineral y una helada cerveza en un día de canícula imperial, para pedir unas machas parmesanas. Mientras las disfrutábamos, acordamos que dado el formato era adecuado pedir una entraña dividida en dos, una acompañada de tomates y otras (la mía) con acompañamiento a lo pobre (huevo, cebolla y papas fritas!!!). Que delicia comer tranquilos en este lugar.

Una torta milhojas compartida y sendos cafés negros cerraron esta inesperada visita.

Se agradece que los cambios inevitables en los sitios placenteros de Santiasco lleven a nuevas experiencias disfrutables.

Conversaciones deliciosas en Le Bistrot

Juntarme con mi entrañable amiga Carlita es siempre un placer. Una abuela que aparenta 30 años, inteligente, divertida y por sobre todo una gran amiga con la cual intento almorzar cada vez que es posible.

Tras varios intentos fallidos en la agenda, logramos coincidir y pasé por ella a su trabajo y nos fuimos en busca de algo delicioso que disfrutar en esos escasos momentos que el laburo permite. Llegamos a un Le Bistrot bastante lleno, pero nunca tanto para que no nos quedara una mesa para nosotros. Una vez instalados, los atentos mozos, llegaron con las cartas, la habitual botella de agua fresca y unos deliciosos panecillos. Por la ventana, veo que me hacen señas y allí estaba un gran amigo de los 80’s que almorzaba con otro amigo, no me hice de rogar y acudí raudo a los abrazos y una breve conversación de reencuentro y actualización, por cierto, de nuestros punteros.

Retornado a mi mesa, ya habían llegado los aperitivos, pisco sour y mi kir royale, momento preciso para celebrar el encontrarnos y poder conversar. Para los fondos, tenté a Carlita con un magret de pato mientras yo me empecinaba con un filete a la pimienta que tanto me gusta. Carlita es una de las pocas personas con las que puedo compartir una botella de buen vino, sin tener que dejar o beberla casi solo, por lo cual elegí un buen exponente del malbec del Cachapoal. Una delicia que disfrutamos como corresponde.

Cuando terminábamos el almuerzo mi buen amigo Miguel, a quién había saludado anteriormente, se acercó a nuestra mesa para contarme del cumpleaños de otro gran amigo y de paso conocer a mi buena amiga. Poco después, sin tiempo para los postres, pedimos esos cafés negros que terminan deliciosamente un buen almuerzo.

Gran lugar Le Bistrot!!

Zoo : otro disfrute con Manuela Infante

Hace bastantes años que sigo el trabajo teatral de Manuela Infante, talentosa directora que consigue sorprenderme con su ingenio y originalidad. En esta ocasión, fuimos a ver Zoo en esta reposición tras haber perdido la oportunidad en el Santiago a Mil de este año y también cuando se estrenó el 2013.

Llegamos con cierta anticipación al Centro Cultural Estación Mapocho con el objetivo de obtener una buena posición dado que los asientos no eran numerados. Tras ubicarnos, quedamos expectantes a la sorpresa que siempre produce Manuela y su compañía Teatro de Chile.

Dramaturga estudiosa, cuida los detalles como pocos y quizás eso hace tan geniales sus historias. En esta ocasión, dos científicos -muy divertidos por cierto- presentan sus hallazgos de una etnia ya desaparecida de Tierra del Fuego, los tzoolkman, en abierta referencia a los verdaderos y extintos habitantes del extremo sur de Chile.

Los indígenas, más allá de su humanidad son ciertamente objetos de estudio y por sobretodo parte de un zoológico humano en que son convertidos los distintos, los que están afuera del status quo evolutivo. El giro notable es como estos individuos condicionados por los experimentos, adaptados a las condiciones del cautiverio y bajo permanente observación, van evolucionando al punto de convertirse en sus propios observadores.

Con muchos guiños al deforme trabajo científico, a la necesidad de explicar las cosas desde la perspectiva del observador, la obra es 100% disfrutable y al mismo tiempo cuestionadora, al estilo delicioso de Manuela.

Un trabajo extraordinario de los actores nacionales Cristián Carvajal, Ariel Hermosilla, Héctor Morales, Juan Pablo Peragallo y Valentina Parada, bajo la rigurosa dirección de Manuela Infante. Un gran filete!!

Tras este disfrute nos fuimos a cenar algo rico al Casa Luz en el barrio Italia. Un sitio que nunca nos ha fallado y que vale la pena visitar. Partimos con agua mineral y mi disfrutable kir royale para acompañar unas croquetas de jamón serrano exquisitas.

Para los fondos, un risotto de locos y un plato de linguini que acompañamos con una botella de Tabalí reserva pinot noir, uno de mis preferidos. Como pocas veces, nos alcanzó el impulso para un rico postre compartido, un helado artesanal de campeonato.

Exquisito lugar!!

BANCH con dos obras para comentar

Me invitaron a ver ballet moderno al Teatro de la Universidad de Chile, algo que normalmente me resulta seductor. En esta ocasión se trataba de dos obras con renovadas propuestas coreográficas de Sebastián Belmar y Elías Cohen.

Tras un demorado inicio, en el escenario se destacan lockers metálicos mientras un par de chicas conversan en un extremo, al otro hay un chico que se afeita diligentemente su cráneo. Curiosa forma de iniciar un ballet pues tiene mucho de teatro, son las escenas cotidianas del camarín de los bailarines. Luego, el despliegue de la magia de esos danzarines extraordinarios que ocupan talentosamente sus cuerpos y su gracia para animar una especial obra. Locker es la danza por dentro como reza un título que me topé por ahí.

Tras un breve descanso, se desata la segunda obra titulada 8.8 en directa alusión al terremoto del 2010. Se nota la intención de los autores en cuanto a llevar el movimiento telúrico a los cuerpos como si fuera la respuesta el embate colosal del sismo que vivimos en Chile. Si bien nos gustó mucho más Locker, no dejó de impresionarnos esta segunda obra.

Me gusta la evolución del Banch, salió de la estructura clásica del ballet para incursionar con fuerza en las formas del ballet moderno que siento son mucho más atractivas para todos.

 

Le Bistrot : rico como siempre

Hace un año que hice un relato de mis visitas a este restaurante y tengo la sensación que solo fue ayer. Había salido sin rumbo desde mi hogar solo con la idea de almorzar algo rico en un sitio tranquilo. La caminata me llevó de mágica forma hacia este boulevard en Providencia en donde siempre encuentro opciones incluso en días festivos. Ubicado enfrente del Rivoli, de la sanguchería La Superior y el Baco, Le Bistrot sigue siendo una gran opción, no solo por su exquisita gastronomía francesa sino también por el impecable servicio que valoro de sobremanera.

Inicié con una fresca botella de agua mineral mientras llegaba mi ansiada sopa de cebollas gratinada. Seguí con un filete de merluza austral con una cremosa y sabrosa salsa que acompañé con una botella de pinot noir del valle de casablanca. Una delicia que disfruté por largo rato mientras leía un nuevo libro que me acompaña estos días.

Para el cierre, por supuesto acudí al indispensable café negro. Qué rico es Le Bistrot!!

Normandie : un buen lugar para disfrutar

Es increíble como pasa el tiempo y cambia el mundo, cambia todo pero aún hay sitios que permanecen y de vez en cuando me animo a revisitar. Tras asistir a un espectáculo en la vecindad, decidimos cenar en el Normandie.

Iniciamos el disfrute con agua mineral gasificada para mi partner y un exquisito kir royale para mis antojos, mientras saboreábamos un magnífico carpaccio de salmón ahumado. Tomando en cuenta el frío de esta noche, dimos la bienvenida a la sopa de cebollas que en este sitio preparan de forma maravillosa.

Para los fondos, un tournedos con papas risti y una trucha rellena que acompañamos con una buena botella de malbec J. Bouchon. Una cena deliciosa que nos permitió una entretenida conversación hasta llegar a los cafés de cierre de la jornada de disfrutes.

Con lugares como éste, dan ganas de volver!!

Revisitando lugares disfrutables : siempre necesario

Aunque el año avanza siempre más rápido de lo que quisiera, siempre me hago tiempo para disfrutar la vida. Pienso que esa ciudad ha avanzado y retrocedido en muchas cosas, pero cuando sintonizo con los placeres no tengo dudas en afirmar que la oferta de disfrutes es cada vez mayor y eso me empuja a la reiteración en algunos lugares que bien lo merecen.

Un sitio que no cambia y que me atrae con frecuencia es El Ancla, ubicado en un tranquilo barrio es un verdadero puerto de disfrutes y un día cualquiera es el mejor día para visitarlo. Llegamos un poco tarde, pero la espera fue breve ya que en menos de 5 minutos ya teníamos una mesa en el segundo piso y el encargo, instantes después del saludo fue, 2 pisco sours y locos a la orden, la mejor entrada del menú.

Para los fondos, nada mejor que mi deliciosa albacora con  mantequilla negra y ensalada surtida y para mi partner la albacora con mantequilla, alcaparras y ensalada el ancla. Platos que irían muy bien con una botella de pinot noir Undurraga Aliwen. Cerramos como de costumbre, con buen café express y una larga caminata en una soleada pero agradable tarde.

El regreso de una querida amiga de su exilio voluntario, nos convocó en un lugar cerca de su temporal morada. El barrio El Golf solo lo visito cuando voy al Teatro Municipal de Las Condes o para comer algo rico. Hoy claramente el caso era conversar y comer bien, lo cual me hizo definir nuestro encuentro en el Maldito Chef, específicamente en esa curiosa terraza bajo el edificio municipal. Partimos con kir royale y un helado havana 7 años con bebida coca.

El hambre que no era mucha en esta ocasión se trató con un plato U Lala y un Pesca, que lentamente comimos mientras nos poníamos al día tras muchos meses de distancia. El café en la terraza de su temporal residencia permitió concluir este lindo encuentro.

Días después, después de una incursión en el Teatro Nescafé para disfrutar con mi partner de la murga Agarrate Catalina, un espectáculo maravilloso, nos encontramos eligiendo una mesa en el Asia Lima. Un rico lugar en las cercanías del barrio Manuel Montt.

Partimos pidiendo un tiradito nikkei junto a los tragos, el habitual pisco sour de mi partner y mi kir royale. Pronto nos entusiasmamos con el menú di menú especial que acompañamos con una deliciosa botella de chateau los boldos merlot reserva. Estábamos tan prendidos con el maravilloso espectáculo de murga que hablamos largamente. Finalmente decidimos disfrutar un piede  maracuyá y café para cerrar el disfrute de esa noche.

Un par de días después, nos juntamos con mi gran primo para una actividad ciudadana ética que nos permitió reconocer que aún queda harto que hacer en Chile por los DDHH, lo cual me hermana de manera profunda con un legado de conciencia y humanidad. Terminada nuestra intervención le invité a conversar un rato y elegí el Opera Catedral en la terraza del tercer piso para concretar el diálogo. Fue un rato muy disfrutable, dos generaciones, dos perspectivas y dos experiencias que animados por unos ricos tragos de buen ron matusalem 7 años, una tabla de salmón ahumado y una exquisita provoleta, nos reconocimos primos, hermanos y compañeros de los mismos anhelos. Gran disfrute!!

Los días pasan, pero cada día es un aprendizaje y un alimento de la experiencia.