Todos los días, Año Nuevo

Un recorrido desde los años 60 hasta el presente en donde la celebración del año nuevo permite ver de forma lúdica el paso del tiempo, el tiempo del amor y la vejez.

Da gusto ver al versátil Jaime Lorca (ex La Troppa) junto a Paulina García (Oso de Plata por su rol en Gloria), recurriendo a la imaginación de los espectadores con el apoyo de máscaras y vertiginosos cambios de vestuario. Qué nos ocurre cada vez que celebramos un año nuevo?. Acaso no es el momento propicio para constatar como ha pasado la vida y que celebrar no siempre es lo mejor.

Es casi infantil el proceso, pues cada objeto toma la forma que los actores le otorgan, una máscara, una escoba, cobran vida en la magia deliciosa de estos fantásticos actores para construir la travesía de una vida en pareja. Será así de marcada y previsible la vida?

Gran placer disfrutar buen teatro!!

Xuárez : otra obra de Manuela Infante

El universo creativo de Manuela Infante no tiene límites, tal vez eso me provoca declarar imperdibles sus obras, comentarlas y difundirlas.
Junto a Luis Barrales en los textos, Manuela dirige esta obra que busca reinterpretar parte de la historia de la conquista en la cual españoles y mapuches se enfrentan como lo harían durante cientos de años. El centro de la historia es Inés de Suárez, la amante de Pedro de Valdivia, en los momentos decisivos que la llevarán a decapitar con su propia espada a los caciques mapuches prisioneros en Santiago mientras la ciudad era despedazada por el cacique Michimalonco.

Si bien la actuación es irregular, el diseño de las escenas, la música y los textos son magníficos. La obra transcurre con la superposición de posibilidades que brinda este personaje femenino y guerrero. Así, tenemos a Inés reclamando su posición y bienes con su amante Valdivia, instruyendo a un joven Lautaro acerca de la guerra y la libertad o transformándose en el personaje oculto en el cuadro La Fundación de Santiago de Pedro Lira.

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La obra nos lleva a creer la posibilidad de un nuevo personaje mítico, una mujer como la verdadera responsable del hecho histórico de la conquista. En la escena que nos muestra proyectado el cuadro de Lira y que enfrente de nuestros ojos hace nacer el mito de Xuárez, abre un sinnúmero de preguntas y posibles cursos de la historia chilena.

El contraste entre la fragilidad física de Patricia Rivadeneira haciendo el personaje de Xuárez y la versátil Claudia Celedón quién se da maña para representar a varios personajes, seducen al público presente. A ellas se suman los 5 caciques (en vez de los 7 de la historia real), todos los cuales serán asesinados por Xuárez para salvar a la ciudad de la destrucción.

¿Qué habría sido de Chile si la Inés de Suárez hubiese sido en verdad Xuárez?. Definitivamente una imperdible obra en el GAM.

El Marinero de Pessoa : gran obra

Alejandro Goic sorprende con su versión teatral del texto poético de Pessoa y pone en escena a tres grandes actrices Bélgica Castro, Carmen Barros y Gloria Münchmeyer. Dicen que han pasado 100 años desde que Fernando Pessoa publicó este poema y Goic hace realidad el  drama completamente estático, con tres mujeres sentadas enfrente del ataúd en que yace Pessoa. Un velorio que provoca el recuerdo y recorre historias e interrogantes trascendentes.

Pessoa a sus 25 años hace cuestionamientos existencialistas que se transforman en sueños, en cuentos que las veladoras visitan acompasadamente mientras pasa el tiempo del velorio. El relato de Pessoa se despliega sobre la pantalla mientras se oye la lectura en portugués, luego la iluminación permite ver detrás de la pantalla a las tres mujeres sentadas de manera equidistante velando el ataúd. Casi en forma de monólogos, las mujeres se turnan en sus relatos y de vez en cuando, el relato prosigue en vídeo ellas mismas, como para recordarnos la clave de cine en la representación.

Hermosa representación teatral, aplauso cerrado a las actrices y ciertamente para el director.

Los Justos : una obra potente

Días atrás había visto unos letreros que anunciaban una obra en teatro Sidarte llamada Los Justos. No me habría llamado la atención de no ser por la figura sombreada de una chica armada de una pistola en pose agitadora de masas y que el guión se basaba en la obra Los Justos de Albert Camus. Pues bien, compré mi entrada y me dispuse a verla.

Los justos es la historia basada en un hecho real de un grupo de revolucionarios durante la tiranía zarista. El grupo clandestinamente planifica un atentado contra el gobernador de Moscú, el Gran Duque Sergio con la idea de contribuir a la liberación del pueblo e iniciar el camino a la revolución. Hasta aquí todo bien enmarcado y justificado por la ideología revolucionaria. Sin embargo, en el momento en que el más entusiasta de los revolucionarios debe lanzar la bomba para matar al tirano, observa que va acompañado por un par de niños y se arrepiente.

Reunidos nuevamente, se desata el conflicto. Se acobardó el revolucionario?, dejó de creer en la necesidad del terrorismo como disparador de la revolución del pueblo?. El fin justifica los medios?

Por momentos angustiante, los personajes se debaten entre sus ideales, sus historias personales y sus dilemas éticos acerca del valor de la vida. La Compañía Teatro Sur hace una apuesta osada al ofrecer al público un tema complejo y cuestionador. La sala llena me parece una buena forma de medir que resulta interesante y la ovación al final, el cierre perfecto.

Con teatro se disfruta Santiasco

Robando tiempo al tiempo, me las arreglo para asistir tantas veces pueda a ver sesiones de buen teatro. Es necesario reconocer que la oferta teatral ha logrado mantenerse abundante y de buen nivel durante el año, lo cual me hace especialmente feliz.

En estos últimos días he tenido la oportunidad de ver dos obras, muy distintas entre si, pero llamativas por su contenido. La primera obra que quiero comentar es Santiago High Tech, un despliegue futurista que antes de comenzar ya te sumerge en una atmósfera de alta tecnología. El escenario en el segundo piso del GAM (sala N2) es diminuto, un cubo luminoso pues está construido con proyecciones de imágenes y el requisito de cambiar tu cédula de identidad  por un tablet. En dicho dispositivo viene cargada una aplicación para poder leer los códigos QR que de vez en cuando saldrán en una esquina del cubo y además con WiFi para que puedas compartir fotografías o comentarios en tus redes sociales.

Hechas las pruebas tecnológicas a la que se invitó a la audiencia por unos minutos, comenzó la obra. El protagonista es XY, un joven inquieto y en búsqueda. Hay que entender que es un futuro en que a nadie le importa lo que haces con tu vida, puedes relacionarte con parejas de cualquier género sin ser objetado, incluso puedes suicidarte sin problemas. XY deambula en las noches por esta ciudad luminosa y trepada en la cordillera, para encontrar un otro significativo que haga latir fuerte su corazón. Encuentra una chica, relatando su propia experiencia mientras la vive, como si escribiera el guión de su propia experiencia. Le gusta la chica y hay posibilidades de contacto. En otro momento, encuentra a un chico y también su experiencia es de seducción. Sus madres (no hay padre, solo tiene dos madres de plateadas pelucas y liberales ideas) no solo no le cuestionan sino que le incentivan a probar con ambos sexos. No hay rollos, solo experiencias.

En el paisaje nocturno, suelen verse suicidios, personas que se matan lanzándose de las altas torres de este Santiago del futuro. XY explora su sexualidad, investiga acerca de la experiencia del amor, lo más etéreo pero lo más deseado. Cada cierto tiempo, aparecen códigos QR y usando el tablet podemos observar una escena complementaria a la que que visualizamos en vivo. Que interesante experiencia!!!

La siguiente obra me resulta muy querida porque es el retorno de la Compañía de Teatro Poético de mis amigos Mónica Mascaró y Gatillo. Me refiero a la compañía Le Grand Blue. que repone una de sus mejores obras con poesía de Vicente Huidobro, los magníficos textos del increíble  Ricardo Duhart, la música de Gatillo al piano y en esta ocasión la presencia en vivo de Magdalena Matthey además de los músicos Marcelo Arenas en batería y Diego Sepúlveda en saxo y clarinete.

Muchas mujeres en escena y un único Procopio, el hombre de la casa que disfruta abiertamente serlo. Robustiana, el personaje central y la «señora de la casa» es el centro de la atención de los demás, terriblemente aprensiva pretende tener el control de todo lo que sucede en esta extraña casa en que todos conviven. Desde una abuela lasciva, hasta una cuarentona y soltera hija de Robustiana. Extrañas fiestas, enredos y diversiones que poco a poco van revelando el verdadero sentido de lo que ocurre. Las innumerables y queridas  corbatas de Procopio, especialmente la roja que asemeja la cola de un gato en el imaginario poético, mantiene el diálogo esquivo de Robustiana, mientras poco a poco los personajes femeninos, devenidos en fantasmas van abandonando la casa en la medida que Robustiana descubre lo más preciado de su existencia, el amor de Procopio, ese gato rojo que finalmente le permite aceptar la muerte. Linda obra que gustoso me he repetido.

Ahora hago votos para ver de nuevo El Cantar de los Trenes y el esperado estreno de Pippy, con Le Grand Blue. Santiasco se ve mejor en el teatro!!

 

Coronación : una obra imperdible

Para quienes conocen el trabajo literario de José Donoso, esta obra recoge el más conocido de sus libros y esa aguda mirada de los psicosocial que Donoso cultivó con talento. Bajo la dirección de Alejandro Castillo, el GAM ofrece esta maravillosa adaptación de José Pineda con un elenco sorprendente.

La sala repleta, varios actores de teatro entre el público, todo hacía sospechar que veríamos algo especial. Una escenografía impecable, un artilugio ingenioso que rotaba entre las escenas para mostrar los distintos escenarios en donde transcurre la obra. El exterior de la casa de Misia Elisa (una extraordinaria actuación de Bélgica Castro a sus 92 años!!), una sala de la casa, la habitación de Misia Elisa y el conventillo en donde viven los antagonistas sociales de esta historia que pone en evidencia el conflicto de ricachones y pobretones.

Cada personaje es icono de esa sociedad de mediados del siglo pasado que Donoso bien retrató y que estos fantásticos actores recrean de manera magistral. Pretendo volver a verla ya que el rol de Misia Elisa es alternado con la tremenda actriz Nelly Meruane.

Como la historia es conocida, solo puedo añadir que a pesar de durar un par de horas el tiempo vuela y terminarán aplaudiendo de pié.

Grita : una obra ciertamente compleja

Cuando se cumplen 40 años del golpe militar en Chile, abundan diversas obras de teatro que intentan representar diversas miradas acerca del deleznable acto y las consecuencias horribles en la población que fue perseguida, torturada, asesinada o simplemente desaparecida.

La obra Grita viene a concluir una trilogía de obras antecedidas por El Taller y luego Medusa, de la cual hice una crónica días atrás. Contra todos mis pronósticos, esta obra siguió un rumbo inesperado. Una mujer sola en un departamento acosada por los fantasmas de un marido muerto. Otra mujer asustada y con síndrome de persecución que visita la tumba de un hermano muerto. Finalmente otra mujer, asediada por un desconocido que intenta matarle y que es rescatada por la primera mujer, quien la lleva a su departamento para protegerla.

En pocos pasos, la obra entrelaza las historias, todas macabras y que conducen irremediablemente a darse cuenta que el centro de todo es ese hombre, un torturador al servicio de los aparatos represivos de la dictadura, quien se suicida en misteriosas circunstancias.

La cónyuge del torturador, una primera víctima ya que jamás sospechó en que trabajaba su marido y mucho menos consideró las consecuencias de ello. Una hermana del torturador que prefiere pensar que todo es un montaje y que su hermano es una víctima de un sistema aterrador pero ajeno. Finalmente, la chica rescatada, con huellas dolorosas en su cuerpo y que huye de alguien que quiere matarla porque lo delató. Le cagó la vida a alguien, ella dice, pero es más complejo aún, pues poco a poco se devela que delató a su pareja, un individuo vinculado a la resistencia a la dictadura y que lo hizo a su torturador de quien se enamora. La bestia torturadora, jamás la tocó, pues ella misma se auto-infirió las heridas para cumplir con el protocolo y mantener las cosas en su lugar. El torturador debía mostrar que hizo su trabajo y obtuvo la información y ella debía salvarlo mostrando que el trabajo fue hecho.

Compleja historia, una muestra de lo alambicado del ser humano y una consecuencia de la locura que se desata en la violencia de un sistema que define como enemigos a quienes piensan distinto y que después de todo transforma las vidas de todos, dejándolos en calidad de víctimas.

Salí consternado de esta obra, reconociendo su virtud dramática, pero me termina por convencer que cuando un estado decide que parte de su población es enemiga, las consecuencias traspasan todos los límites y las posiciones pueden ser irreconciliables. Como dice uno de los personajes la cagada está hecha, nada arregla nada.

Teatro en el GAM : dos obras disruptivas

Un par o más visitas al teatro o danza es ya una costumbre que me deleita y acompaña por años. El disfrute comienza siempre con el acto de seleccionar las obras que sean prometedoras en el mes, una eficiente compra por internet y esperar el día de la función.

En el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) he visto ya una buena cantidad de funciones filetes y felicito el «buen ojo» de quienes seleccionan la cartelera, ya sea en teatro, música o danza, hasta la fecha he salido ampliamente reconfortado del exquisito espectáculo. Pues bien, vamos con este breve relato de dos obras que vi este mes.

La idea fija, es una obra montada en un escenario mínimo, oscuro y hasta frío. Los actores, la mayor parte del tiempo, completamente desnudos, mantienen relaciones sexuales imaginarias en una sucesión interminable, el sexo solo por el sexo, sin amor, sin consecuencias, como un acto de consciencia, la certeza de una soledad completa, en donde el acto sexual es la conexión con el otro, cualquiera, pero solo como un acto de reconocimiento del yo. No hay otredad, solo cuerpos.

Por momentos, la obra traduce cierta angustia incluso en las pocas escenas en que hay cierto humor, quizás sarcasmo, cuando lo más femenino en el escenario es un travesti. Compleja esta obra argentina y poderosamente cuestionadora. Puse atención a las conversaciones entre el público al finalizar, solo para constatar que a nadie dejó indiferente.

La siguiente selección, fue la obra Medusa, parte de la Trilogía Bestiario destinada a conmemorar los 40 años del golpe militar en Chile. En este caso, el escenario es un departamento de un edificio de la Remodelación San Borja, justo enfrente de la que fuera sede de la Dina en calle Marcoleta. Tres mujeres reales, tres ex miristas doblegadas en la tortura y devenidas en soplonas de sus compañeros. Ahí están Marcia Merino (más conocida como la flaca Alejandra), Luz Arce Sandoval y María Alicia Uribe (en realidad González Gómez, la Carola), mujeres destrozadas, llenas de miedo y sin más sentido en sus vidas que ser instrumentos de la cruel represión  de la dictadura chilena en contra de los militantes de izquierda.

Esa supuesta normalidad en que viven las tres, se quiebra cuando la flaca Alejandra, en uno de los paseos habituales a que la sometían para detectar por sus involuntarios temblores a sus compañeros de partido, delata a su ex novio. Es un hecho que la trastorna y que conduce a la crisis en esta forzada convivencia de delatoras profesionales.

Medusa es una obra muy triste, la que recoge muchos datos reales para dibujar la monstruosidad que un aparato terrorista de estado es capaz de hacer a personas que alguna vez amaron la vida y que querían un mundo mejor. Definitivamente, el ser humano puede ser capaz de cosas horrorosas y construir excusas que le den sentido.

Aprendizajes acerca de las profundidades del ser humano, eso queda tras estas obras.

 

Nueva entrega de filetes del #Stgoamil

Esta semana continué mis incursiones disfrutables por el teatro en este mes de enero de locura, como suele ser la programación cultural de Santiasco. Insistiré hasta el cansancio, que no es posible que solo en enero (un doceavo del año) se concentre lo mejor del espectáculo posible de ver, hay tantos días en que no hay nada, que me apena este exceso.

Comencé con una obra nacional llamada Juan Cristóbal casi si al llegar a Zapadores, una historia que une las historias verdaderas de dos mujeres de unos 70 años que son las abuelas reales del director. Una historia que se cuenta por medio de anécdotas, recuerdos que se van plasmando en stickers en una muralla, objetos y ropajes que van formando un museo de cada una de las protagonistas. Relatos cotidianos y algunos vídeos y ropajes que le dan potencia a la cotidianeidad de tantos años de vida que finalmente convergen en la constitución de una familia. Una obra tierna, llena de realidades que podemos reconocer y de casualidades que nos pueden asombrar.

No esperaba ser sorprendido esta noche, pero Salves una obra francesa de danza teatro logró fascinarme. Un escenario oscuro por el que se cruzan historias y bailarines en una frenética búsqueda de la reconstrucción del presente pero ligada indefectiblemente al hilo del pasado. Un recorrido histórico que no es más que el relato del emocionar, de la persistencia y del devenir humano. Fascinante el trabajo de cada protagonista, bailarines, iluminadores, sonidistas y cuántos estaban ocultos en las sombras para hacer que no quisiéramos pestañear siquiera para no perder algo de esta maravilla.

Pensaba que la poesía normalmente estaba bien representada  en los textos, pero esta obra de Nueva Zelanda llamada Birds with skymirrors, logró mostrarme que la danza podía ser mucho más expresiva. La obra es un clamor por la vida que se extingue por el cambio climático y la acción destructora del hombre. Los vestidos negros en un escenario de fondos negros, los movimientos como si fueran pequeñas aves atrapadas en la suciedad del mar, el clamor gritado desde la profundidad, todo pensado como una verdadera protesta por la vida y por la belleza que sucumbe a diario.

Está muy bueno este enero lleno de Santiago a Mil.

 

Xile : la historia contada por los pobres muertos

Es la primera parte de una peculiar obra en tres entregas de Marco Antonio de la Parra y ahí estábamos sentados en el GAM esperando que comenzara. Una plataforma de madera crujiente como escenario, unas coloridas cortinas con la sencillez y precariedad de un circo pueblerino, un rincón con instrumentos musicales y de pronto el silencio. Caen las luces y con el apoyo musical de un piano musical, hacen su aparición los zombies, los muertos de miedo, los muertos de hambre y todos los representantes de la marginalidad, quienes aún estando muertos vienen a contar su historia con el miedo que lleguen los pacos, temor que recordarán periódicamente durante el transcurso de la obra, gracioso y significativo gesto.

Es la historia de Chile que no gusta, la parte oculta pero real de un país construido sobre la base de la injusticia, del abuso de poder, de los pocos con mucho y la gran mayoría con poco o casi nada. Para conseguir hacer digerible esta historia dolorosa, Cicret (Centro de Investigación y Creación Teatral) bajo la dirección de Raúl Osorio Pérez, acude al tremendo talento de los actores, artistas formidables, todos actúan, cantan y bailan haciendo entretenido y emocionante todo su trabajo.

Comienza con la llamada Independencia de los españoles, que no sería más que un acuerdo de pocos para quedarse con un terruño y explotar a la mayoría, aparecen los asesinatos de Los Carrera y de Manuel Rodríguez, hitos requeridos para consolidar el poder de un director supremo, otrora convertido en héroe nacional según la historia oficial. Avanza hacia los intentos de crear orden de un Diego Portales y  un nuevo texto constitucional; la seguidilla de matanzas de obreros y campesinos; las arengas de poetas e iluminados liberales que creían en un mundo más justo; la guerra contra Bolivia y Perú cuya victoria fue conseguida con los mismos rotos que despreciaba la oligarquía y que usó para quedarse con el salitre que los dueños de Xile requerían;  la sangrienta orden de Montt con la matanza de Santa María de Iquique, un intento de aleccionar a la plebe que ponía en riesgo la tranquilidad de los dueños del salitre al costo de miles de personas ametralladas; el rol de Luis Emilio Recabarren y llegando hasta la época de Alessandri Palma, el león de Tarapacá quien enfrentó junto a su perro Ulk el «ruido de sables» de un ejército que reclama mejoras salariales  por hacer el trabajo sucio de gobernantes y los ricos dueños del país. Concluye esta primera parte de la trilogía, con los 5 disparos en el corazón que sellan la vida de Luis Emilio Recabarren, obrero, periodista, activista y diputado, un suicidio poético de un ser ya lleno de desesperanza.

Fuerte historia, pero bien sustentada pues sino la creen, lean el libro Los Mitos de la Democracia Chilena de Felipe Portales, un texto irrefutable y perfectamente documentado sobre la verdadera historia de este país de muertos vivientes.

Una obra imperdible y ya estoy ansioso por ver las dos partes que aún no se muestran. Viva el teatro!!!