Cuevas de Anzota : un paseo 5 estrellas

Jamás imaginé que mi intención de ir lo más lejos posible en cleta por el litoral costero de Arica me conduciría a una de las mejores experiencias de este año.

La jornada partió relativamente temprano con una larga búsqueda de un sitio en donde arrendar una bicicleta. Sorprendente pero, salvo por los hoteles (3) que disponen cletas para sus pasajeros, solo hay 2 lugares de arriendo y solo uno de ellos con disponibilidad. Este lugar, una pequeña oficina en un segundo piso de un edificio céntrico, tenía unas cletas de buen aspecto, pero que tendría que arrendar a ojo, ya que imposible probarla allí. Pues bien, salí con la que me pareció mejor, con la cara llena de alegría y todas las ganas de aprovechar el día a bordo de mi compañera de dos ruedas.

Avancé por la zona del puerto, mientras aprovechaba de hacer algunos ajustes a la cleta. Mi descubrimiento no fue del todo alentador, ya que el freno trasero no operaba muy bien y rechinaba en cada toque. Pero, este era un biketrekking y no una competencia, por lo cual me relajé y comencé a pedalear a buen ritmo, disfrutando la brisa y el paisaje costero fantástico de las playas de Arica. Pasadas las playas más relevantes me topé con un obstáculo mayor, una zona industrial que tiene completamente bloqueada la playa, una empresa que procesa pescado para obtener omega 3. El olor y la contaminación huele parecido a Talcahuano, algo que recuerdo de otros años.

Tuve que seguir por el camino vehicular y tras un rato, ya nuevamente me encontré con la playa libre y pude seguir disfrutando. La primera parada interesante fue en una ladera de un cerro en donde una cueva de antiguos pescadores indígenas, una suerte de pequeño museo al aire libre donde no hay objetos solo una cueva con una reja (por suerte abierta para que pudiese visitarla). Mientras estacionaba mi cleta en el lugar en que había dos camionetas, se acercó desde la playa un individuo con un semblante muy preocupado y me consulta si había algún problema con haber estacionado su vehículo ahí. Un par de minutos después me reí mucho, como llevaba un cortavientos rojo amarrado en mi espalda, él me había confundido con algún inspector municipal y creyó que le iba a sacar un parte.

Tras unas fotos, seguí pedaleando hasta llegar a la playa Corazones, en donde había dos solitarios y pequeños restoranes de playa. Ingresé al Congrio Dorado, un lugar en extremo sencillo, pero con electricidad y un gran refrigerador en donde estaba una cerveza helada esperándome. Qué rico, como se agradece una hidratación así.

Tras ese breve descanso, seguí mi ruta y por fin llegué a mi destino. Un camino de tierra por el cual solo podían pasar peatones y por supuesto la cleta. Me interné por el sinuoso camino y de pronto aparecen esas descomunales bocas de unas cuevas que ni siquiera imaginaba como eran. Un verdadero cañón con cerros cubiertos de güano blanco, depositado durante muchos años por una cantidad impresionante de aves, los únicos habitantes de estas cuevas después de la desaparición de la cultura Chinchorro que las habitó.

Por alguna deliciosa casualidad, no había nadie en el lugar, lo cual me permitió dejar la cleta apoyada en una roca y dedicarme a recorrer la gran cantidad de cuevas y tomar fotografías de esa maravilla natural. Algunas aves enormes se acercaban bastante, probablemente curiosas por la visita. Por una de las cuevas era posible pasar a otra playa, una hermosa bahía completamente desierta lo que solo incrementó mi placer. En otros casos, las cuevas se internaban en el cerro en una oscuridad plena y que pude recorrer ya que llevaba mi linterna frontal, un recurso que siempre porto para cualquier krrtrekking.

Francamente extasiado con lo visto y con algo de hambre, decidí regresar a Arica, para ir a darme algún gusto en alguno de los restoranes que descubrí en mi visita a la región. Cuando llegué a devolver la cleta, caí en la cuenta que habían pasado casi 6 horas desde que había iniciado este paseo. Increíble disfrute!!!

Vean fotos de este hermoso sitio.

Disfrutando Arica y alrededores : gran experiencia filetaria

Dificil resulta resumir una semana de experiencias disfrutables en esta Primera Región de Chile, pero me referiré a aquellos aspectos más disfrutables para cualquiera que visite la región.

El primer día fue claramente de ambientación, caminar por la interminable playa con la deliciosa ausencia de multitudes humanas y muchos pájaros, arena y algunos surfistas (claramente el surf tiene cuento en este litoral). Fue una larga caminata por la arena en busca de nada, solo disfrutar el paisaje y el viento en mi cara. Crucé desde la playa de Chorrillos, pasando por el puerto de Arica, la ex Isla El Alacrán, la playa El Laucho y llegando a la playa La Lisera. Una muestra fantástica de las lindas playas, el oleaje impetuoso y las diferencias sociales a la vista en las construcciones alrededor. Claramente en El Laucho está la mayor concentración del ABC1 de la zona.

Tras el paseo y un poco desconectado de los horarios y del significativo hecho que ese día era 18 de septiembre y estaba todo cerrado, regresé hacia la playa Chinchorro en donde había visto lugares atendiendo. Así fue que mi primera incursión gastronómica la hice en un sitio delicioso, el Rayú, autodefinido de cocina gourmet. Qué menjor para una bienvenida!!

Me instalé en su exquisita terraza y partí examinando la carta mientras me servían una botella de agua sin gas. Me tenté con unas machas a la parmesana, las machas más grandes que he comido en mi vida. Increíblemente sabrosas y abundantes, aunque mi hambre daba para mucho más y la carta, nuevamente en mis manos, me encaminó a un Filete relleno Rayú, una delicia de filete relleno con pimientos asados, champiñones y salsa Bechamel, todo ello acompañado con unas papas doradas en cortes muy singulares. Un plato maravilloso que me aseguré de brindar con una botella de Viu Manent Gran Reserva malbec del 2009. Exquisito!!

Almorzando lento y disfrutado, me quedó tiempo y espacio para servirme un Suspiro Limeño de mango y maracuyá, mortal!!!

De todos los lugares que visité, debo rescatar mi primer almuerzo (no fue el único e igualo quedé con gusto a poco) en el Maracuyá, un restoran en la playa, con una terraza magnífica y una atención mejor. Una botella de agua sin gas para comenzar, mientras la brisa marina me adelantaba el largo disfrute de un almuerzo playero. De la carta me asaltó sin contratiempos lo que sería mi entrada. Un tiradito de pulpo y palta, con mayonesa, limón, hojas verdes y cilantro. Una delicia, que realcé aún más cuando pedí un salmón antártico, salmón rosado apanado con semillas de cilantro, aceite de oliva, salsa de maracuyá y naranjas y crema de leche, acompañado de papas hilo. Una maravilla que todavía disfruto recordando. Para ese plato delicioso pedí una botella de sauvignon blanc de Miguel Torres, que combinó genial.

Extasiado de sabores, para los postres me dejé seducir por la recomendación del mozo, una torta de chocolate increíble que acompañé con un buen café negro.

En otro paseo playero, siempre caminando, llegué a un sitio muy interesante y que también visité más de una vez, fundamentalmente por el buen servicio. Tuve largas conversaciones con el mozo que siempre me atendió y su afán por conocer y aprender me ganó, hay algo más enaltecedor del ser humano que querer ser mejor?

En Tuto Beach, una acalorada tarde, partí con una palta cardenal deliciosa, pues venía con unos camarones de tamaño absolutamente gigante (acromegálicos). Tras la sorpresa y mejor digestión, seguí con un filete de corvina grillado con un gran acompañamiento de palta y papas y un buen vino Corton Errazuriz Sauvignon Blanc 2007 delicioso. Para el postre, un acaramelado de manzana en vino, formidable.

Museo del Mar, una casona en una pequeña calle secundaria y que solo es visible por el cartel en la calle, ya que la palabra museo ejerce atracción instantánea en mis ojos.  Es un museo pequeño pero extremadamente laborioso, pues la cantidad de muestras de cuanto espécimen puede existir y principalmente existió en nuestras costas y en otras lejanas, hace pensar en un personaje obsesivo y amante de la belleza detrás de todo esto. La verdad es que el museo es el resultado milagroso de un individuo, tal como cuenta el díptico que conseguí al visitarlo. Alrededor de 45 minutos de asombros mientras paseaba mis ojos por las vitrinas apretujadas del lugar. Notable trabajo!!

Habrá más típico de Arica que su famoso Morro. Pues bien, uno de esos días decidí visitarlo y tras subir por uno de sus accesos, me encontré absolutamente solo observando la ciudad y el mar desde la altura. Dediqué un tiempo a tomar fotografías y de pronto me di cuenta de la existencia de un museo, que por supuesto visité. . Nada muy extraordinario excepto la apología del ejército de su toma en el contexto de la guerra con Perú y Bolivia.

Bajando del Morro, me encontré con el museo más interesante de la ciudad. Se trata de un hallazgo en el subsuelo de una casa de una enorme cantidad de momias de la Cultura Chinchorro (Sitio Colón 10). Una cultura extraordinaria con unas técnicas de momificación únicas en el mundo, ya que además de su increíble antigüedad están en muy buen estado.

Un restorán que intenté visitar varias veces fue el Terra Mater, sin embargo debido a un robo que sufrió el local en pleno centro, permaneció cerrado toda la semana. Por suerte, mi habitual técnica de conocer caminando, me llevó a muchos sitios, entre otros, el Café Valentine, el Dimango, el Caffellatte, un extraño Lo Nuestro, el Bar Previa y el Café del Mar.

Otro sitio que merece comentarse es el Varo’s, ubicado en la playa Los Lauchos, con una terraza deliciosa en la misma playa y una música lounge muy bien seleccionada. Con un extraño formato sin carta, solo los platos que el chef había inventado ese día. Eran varias opciones de cada tipo, por lo cual igual me tenté a probar el lugar y partí con un ceviche de pulpo para seguir con una albacora provenzal montada sobre un puré de habas, mientras bebía una botella de carmenere 120 edición Bicentenario. Para los postres un mousse de maracuyá y un rico té verde con berries. Un lugar delicioso!!

Finalmente quiero destacar al Mojito Pub restaurant, en donde una noche decidí cenar. Un sitio muy taquillero, con pantallas gigantes con recitales musicales en donde disfruté un concierto de Depeche Mode y otro de Cranberries geniales. La comida fue un Filete Mojito, un delicioso filete coronado con tocino y una salsa de tres pimientas acompañado con un risotto maravilloso. Le añadí un Botalcura Malbec 2008 del rico valle del Maule que quedó perfecto para mi especial satisfacción.

Conocer ciudades de esta forma, que llamo krrtrekking,  me produce un placer excepcional que espero repetir tan pronto sea posible. Dejé fotos para disfrutar.

Cerro La Campana : un paseo filete

Esperaba con ansias la oportunidad de subir este hermoso cerro de la cordillera de la costa y que en tantas ocasiones he disfrutado con mis amigos del Club Malayo. Había que esperar las condiciones climáticas adecuadas y el cosmos jugó de nuestro lado, pues el día del ascenso fue perfecto.

A la hora acordada, llegué a mi punto de encuentro con quien viajaría hacia Tiltil, mi amigo René, quien ya venía acompañado con un miembro de su club de Toby. De ahí, rápidamente nos fuimos a buscar a una hija y una nieta, ambas llenas de entusiasmo por este lindo paseo.

En una estación de servicio de la carretera al norte, nos encontramos con el resto de los malayos, más de 40 madrugadores dispuestos a pasarlo bien. Tras la habitual espera de 10 minutos (no más), partimos en caravana hacia nuestro destino, el Parque Nacional La Campana.

Nos registramos en la portería, pagamos la entrada y al poco tiempo, ya estábamos caminando. Un sendero muy claro, que cruza un lindo bosque y poco a poco se interna en la espesura vegetal, que tanto nos gusta. Un día maravilloso, completamente veraniego, nos acompañó durante todo el trayecto. Contrario a lo que nos pasa en la mayoría de los paseos, hoy había mucha gente realizando el mismo ascenso al cerro, algo que me alegra mucho especialmente al comprobar que la mayoría es gente muy joven.

Paramos, tras un par de horas, en la zona de la mina de zinc para descansar y disfrutar de la sombra. Aquí divisamos un amistoso zorro de pequeño tamaño. Un animalito muy curioso y lamentablemente ya muy domesticado, pues descubrimos que lo que buscaba era que le diéramos comida.

El camino a continuación cambia drásticamente de pendiente y comienza a ponerse un poco pesado. De hecho, luego de cruzar otro lindo bosque enfrentamos la zona de rocas y acarreo, que desgasta harto el cuerpo, lo que no quita encanto a la excursión. Algo más de tres horas me costó llegar a la cumbre, en donde ya estaban unos 4  malayos, definitivamente veloces e invencibles.

Poco a poco llegaron gran parte de los que partimos horas atrás pues algunos decidieron quedarse en el camino. En todo caso, la instrucción fue muy clara, a cierta hora independientemente en donde estuviéramos debíamos iniciar el descenso.

Tras nuestra deliciosa costumbre de celebrar la cumbre con un banquete malayo, en donde todos compartimos exquisiteces de todo tipo, disfrutar del paisaje que nos permitía ver hacia la Cordillera de Los Andes al grandioso Aconcagua y mirando hacia la costa ver por primera vez (siempre nos había tocado muy nublado en los paseos anteriores) la playa de Concón y la bahía de Valparaíso. Un espectáculo grandioso!!!

En esta ocasión tomé el rol de cerrar al grupo, de manera de asegurar que todos llegáramos de vuelta. De esta forma, debí bajar bastante lento, lo que me permitió tomar fotografías que les comparto.

Una vez embarcados de regreso, cumplimos el rito de pasar a comer empanadas y hacer algunas ricas compras, especialmente esas maravillosas aceitunas, tortillas y quesos, que encontramos en una picada ya tradicional.

Que lindo paseo, filete de punta a cabo.

Los Cuates : cena sabrosa

Hoy fue otro día en que no solo soy quien abre la oficina sino quien la cierra, es decir, brutalmente cansado. Por suerte eso me alienta a realizar algo distinto y particularmente disfrutable, ya que la vida debe tener compensaciones y no me permito fallar en eso.

Los Cuates es de los pocos restoranes mexicanos en donde hacen verdadera comida mexicana, con eso quiero relevar por ejemplo, que fabrican sus propias tortillas de maíz que venden a otros y que hay mexicanos atendiendo. Un detalle que se nota, según sea la capacidad de aventurarse en la oferta gastronómica del sitio.

Partí con un clásico tequila margarita con mango, una variante deliciosa que me vino de maravillas. Acompañé estos inicios con unas quesadillas tradicionales acompañadas del habitual guacamole.

Para los fondos, nada mejor que un plato típico del México profundo, un Alambre, puesto en sencillo es  carne a la plancha salteada con pimentones, cebolla, queso, tocino y las adecuadas guarniciones, porotos negros refritos y guacamole, además de las calientitas tortillas de maiz que cierran el circuito virtuoso de este exquisito plato.

La carta de vinos no es muy abundante, pero logré incluir en mi cena un carmenere de Viña Sutil Colchagua State, un acierto inesperado.

Para los postres, que mejor que una inyección dulce de crepes Los Cuates, o sea panqueques calientes con manjar,  chocolate, una  nube de nuez, algunas ricas almendras y helado de vainilla. Una delicia para el cierre de mi incursión.

No podía abandonar el lugar sin beber un cafe hervido mejor conocido como cafe de olla, especialidad de la casa, algo sin parangón en la oferta santiasqueña.

Sin ninguna ostentación, Los Cuates es un lugar delicioso!!

Almorzando rico para romper la rutina

Nos concertamos con una antigua amiga para almorzar rico y celebrar la vida. Hay mucho que celebrar, la acaban de convertir en abuela al mismo tiempo que su padre, con un cáncer terminal, sigue sobreviviendo a pesar de los pronósticos en contra. La vida se abre paso siempre.

Un día especial porque sentía la necesidad de darle una alegría a sabiendas que ella porta una gran pena. Eso me iluminó rápidamente y la elección fue clara, comer rico en ese lugar que tiene dos caras deliciosas, La Cevichería y La Bifería.

Partimos con unos pisco sours y un ceviche de corvina que estaba exquisito y que compartimos en perfecta complicidad. Instalados en la pequeña terraza del lugar, estábamos a nuestras anchas en grata conversación mientras disfrutábamos el placer de comer.

Para los fondos, mi querida amiga se atrevió con mi sugerencia de un Vacío Centro mientras yo elegía mi fetiche, el filete de este lugar, el más rico que he probado en Santiasco. Acompañamos con puré de papas con queso de cabra y rúcula y un vino notable que me llamaba desde la carta, un ensamblaje Cordillera de Miguel Torres, una maravilla que rara vez me pierdo si está disponible.

Tanto placer nos hizo olvidar que el tiempo pasa y de pronto mi teléfono se llenó de llamados, era requerido en una importante reunión que había olvidado.

En fin, un almuerzo demasiado rico!!

Haciendo proyectos en el Minga, una reunión diferente

Como todos los jueves desde hace dos años, nos juntamos a trabajar nuestro proyecto fetiche, pero ahora sería en un formato mucho más lúdico y con invitados fortuitos.

El lugar elegido, el Minga, un bar&pizzería estupendo para reunirse con amigos y como en nuestro caso, pasarlo bien mientras avanzamos en el largo proceso de hacer realidad un querido proyecto que nos mantiene entusiasmados y vitales.

En esta reunión, estaban presentes dos amigos adicionales, compañeros de aventuras en Santiasco y en la quinta región, lo cual nos consumió un buen tiempo para ponernos al día, reirnos de la vida y soñar futuros imperfectos pero disfrutables como deberían ser siempre.

La cordura llegó en algún momento y comenzamos la sesión de trabajo, tras beber algunos tragos y comer las exquisitas pizzas a la piedra imperdibles de este lugar. Partimos por compartir un logro que nos pone muy contentos, lanzamos un primer vídeo de nuestro proyecto que, por cierto, es parte de una secuencia propia del avance de nuestros devaneos creativos.

Avanzamos en diversos frentes tomando acuerdos que tendremos que hacer realidad luchando contra el tiempo que siempre es menos que el necesario, pero como hacemos proyectos para divertirnos, seguiremos adelante.

Las pizzas claramente son la marca del lugar, definitivamente deliciosas y preparadas en tiempos brevísimos, lo cual finalmente abre más el apetito. Que rico es el Minga!!!

Amaranto : un almuerzo que no falla

En mi tradicional y frecuente dilema acerca de como combinar una sesión de trabajo con un buen disfrute, invité a un amigo a almorzar mientras poníamos en orden una gran cantidad de temas que requerían análisis y priorización.

Para ir a la segura, decidí el rico restoran Amaranto en el centro de Santiasco, que hasta la fecha siempre ha sido una selección afortunada y sobretodo exquisita.

Recién instalados en el lugar, me sorprendí al saber que ya no tenían el tradicional buffet, aparentemente no estaba resultando rentable.  No obstante ello, igual ofrecen un menú de calidad y a un precio muy razonable.

Partimos con una crema de lentejas maravillosa, debe ser una de las mejores que he probado en hartos años y de verdad me habría repetido el plato. Para el fondo la selección fue evidente, una tilapia con crema de acelgas mientras mi partner la acompañaba con unas papas cocidas, tratando de darle un toque light.

Como el tiempo pasa implacable, pasamos al postre y café y luego con paso forzado de regreso al trabajo. Amaranto claramente marca la nota deliciosa en los restoranes de hoteles del centro.

krrtrekking sabatino : aprovechando el día

Desperté con muchas ganas de pasear en cleta, a pesar de lo nublado y algo frío. Entonces,  preparé una mochila con todo lo que podría necesitar para enfrentar un krrtrekking.

La primera opción fue subir el cerro San Cristóbal por el acceso Pedro de Valdivia Norte, una solitaria subida pues parecía que mucha gente había preferido permanecer en casa, seguramente siguiendo los lamentables acontecimientos del accidente aéreo que cegó 21 vidas.

La cumbre, tras los habituales 20 minutos o más que me toma llegar (según el día), se premiaron con el deseado jugo de mote con huesillos (sin mote y sin huesillos como lo pido desde hace un tiempo) y me apropié de una silla para descansar y hacer algo de people watching. Me sorprendieron un grupo delicioso de chicas brasileñas con gran algarabía hicieron sesión de fotos, para disfrute de todos quienes estábamos en el lugar.

Una vez repuestas las energías, me puse cortavientos para no enfriarme demasiado y comencé el vertiginoso descenso, una maravilla sensual que me lleva en pocos minutos al punto de partida y desde ahí me fui hacia el barrio Lastarria.

Llegué por el Parque Forestal hacia la calle Lastarria y choqué con una multitud asombrosa de turistas que vivenciaban un espectáculo de cuecas, ahí constaté que estábamos en septiembre, el único mes en que se recuerda la cueca en Chile. Ante ello, decidí dar una vuelta más larga para evitar la aglomeración hasta que llegué al centro cultural GAM, en su primer aniversario por estos días.

Después de estacionar mi cleta, recogí un programa del aniversario con las actividades del mes y descendí hasta el subterráneo para visitar la galería de exposiciones. En esta ocasión, Circo, 15 años de Nuevo Circo en 200 años de historia, una exquisita exposición fotográfica acerca del nuevo circo, nacido con la colaboración del Cirque du Soleil desde 1995 y que enaltece esta actividad artística de raigambre tan popular en Chile. Las fotografías  de 4 extraordinarios profesionales del rubro son fantásticas y transmiten con emoción esa magia indescifrable que representa el circo. Aprovechando la oferta cultural del mes aniversario, compré entradas para un especial ballet moderno que espero disfrutar en los próximos días.

Cuando recuperé mi cleta, comenzaba una llovizna en Santiasco, así que me dispuse a disfrutarla encaminando mi cleta hacia el Parque Bustamante. Tras un rato, llegué al café literario que hay en el parque y me detuve a observar un juego de ajedrez con unas piezas gigantes, acto que congregaba una docena de personas en animada discusión. Que agradable sensación de esparcimiento!!

Tras unas cuantas vueltas por el barrio Santa Isabel, Italia y Condell, me bajó el hambre y decidí que cocinaría algo rico apenas llegara a mi departamento. Pues bien, tras una ducha caliente deliciosa, me refugié en la cocina para preparar un almuerzo de miedo.

Partí por preparar unos locos con mayonesa al oliva y algo de ciboulette como entrada, mientras preparaba un arroz con camarones, trozos de lomo salteado, mariscos, arvejas y cuanto encontré en mi cocina y un puré de porotos negros refritos, una inyección de proteínas y carbohidratos que mi cuerpo clamaba. Abrí una botella de Encierra, un ensamblaje 2007 de cabernet sauvignon, syrah, merlot, carmenere y petit verdot, una compañía deliciosa para mi abundante almuerzo.

Un día exquisito, destinado de punta a cabo, al placer del cuerpo.

Ladrón de Bicicletas : un sitio muy cool

Hace tiempo que no regresaba a este sitio que conocí a fines del 2010 y que tan buena impresión me causara. En esta ocasión, ya pasada la medianoche, con hambre y ganas de disfrutar algo especial, nos instalamos en el sector de restoran. Este multiespacio, no solo tiene un café, sino que un buen sector de lounge y en donde nos instalamos, unas cuantas mesas para poder servirse algo un poco más contundente. Exquisita música acompañaba el momento mientras de una breve carta seleccionábamos algo disfrutable.

Una tabla llamada Gatopardo, con unos lomitos de res al pilpil, variedad de quesos, frutos secos,  un extraordinario pote con ceviche, tostadas y galletitas. Una combinación muy sabrosa que acompañamos con pisco sour y para mí un vodka sour muy bien hecho.

Me sorprendió constatar que bien podríamos haber cenado, ya que la oferta es bastante completa a pesar de la brevísima carta de opciones. Bien atendido y deliciosamente adornado por una nueva exposición de cuadros que viste las paredes, el lugar está muy cool.

Ladrón de Bicicletas es una buena opción para pasar un buen rato en Bellavista.

ART : una hilarante obra que vuelvo a ver

En los años 90 (siglo pasado) solía viajar tantas veces como me era posible a Buenos Aires, no solo por buenos libros, comida sino especialmente por buen teatro. En uno de esos viajes pude ver esta obra notable y hasta ahora recuerdo cuanto me reí, una obra inteligente, bien hilada y sobretodo tan capaz de desnudar los pequeños matices que crean abismos entre seres fraternales. Al fin y al cabo, la amistad no se compra, nace de una construcción permanente y también puede acabar si no dejamos de lado pequeñeces, como es la pretensión de tener la razón.

Esta reposición en Chile, viene de la mano de la inauguración de un nuevo local del Teatro San Ginés (reponiendo la sala que se quemó tres años atrás)  del actor y empresario Juan Pablo Sáez. Una sala muy bonita y bien acondicionada para pasar un buen rato con una función de teatro como a la que asistíamos en esta ocasión.

Llegamos justo a la hora y ubicados en una posición muy bien elegida por quien me invitó, nos dispusimos a disfrutar. Los actores Juan Pablo Sáez, Andrés Velasco y Nicolás Saavedra, en una minimalista escenografía blanca, desarrollan el inteligente guión, después de todo esta obra de origen francés ha ganado muchos premios en el mundo.

La compra de un cuadro muy oneroso desata las diferencias y la confrontación entre dos de los amigos, mientras el tercero trata de mediar y la mayoría de las veces sale perjudicado. Los diálogos son en extremo graciosos sin perder profundidad y la actuación del trío de actores logra su cometido, hacer reír al público con ganas!!

Al finalizar la obra, Juan Pablo Sáez sale al escenario a comentar sobre el accidente aéreo en que finalmente murieron 21 personas ese mismo día y pide a quienes son creyentes que oren por ellos y al resto que envíen buenas vibras. Comentó incluso que Felipe Cubillos estuvo hace poco viendo la obra.

Un rato más tarde, en la entrada al Teatro, conversamos un rato con Juan Pablo, estaba realmente muy afectado y me comentó que Felipe lo había invitado a este viaje a la Isla, pero por la función no había asistido. Hasta ese minuto, no sabíamos que el desenlace había sido fatal y él tenía la esperanza que los encontraran. Eran buenos amigos y por el tema de la obra, me dijo que había sido muy dificil actuar sabiendo lo del accidente. Me conmovió profundamente.

La amistad masculina definitivamente es algo muy fuerte.