Felicidad en mediodía

Los conciertos al mediodía en el Teatro Municipal son definitivamente un placer imperecedero. En esta ocasión, a pesar de 5 minutos de ansiedad, llegó mi compañera a tomar su dosis de disfrute y nos sumergimos en la dicha que puede dar una Filarmónica extraordinaria. Una vez instalados, fuimos testigos de la magia que la pianista rusa (maestrísima) desarrolló para el asombro y deleite de todos. Una hora de música maravillosa, cabalgante, sinuosa, excitante y sobretodo disfrutable. cada tantos movimientos miraba a mi pequeña y maravillosa acompañante para fascinarme con su sonrisa de placer y saber que no hay nada más rico que «almorzar música del alma» con quien amas.

Terminado el concierto, fuimos a almorzar al Tavelli del Municipal, ciertamente exquisito. Buenos platos, ricos jugos y postres pecaminosos.

Que gran mediodía!!!!!!

Alba Emoting

Desde el fin de semana vengo leyendo el libro «Surfeando la ola emocional» de Susana Bloch y estoy francamente sorprendido. Desde lo anecdótico hasta la profundidad de la fisiología humana, es un texto lleno de aspectos prácticos, pero subyace un enome misterio. Si con ajuste de la respiración, la posición corporal y la gestualidad es posible traer emociones intensas y vivirlas completamente, como se relacionan las emociones con los pensamientos, esos dolores emocionales que sufrimos los mortales. Esta simetría o bicanalidad que permite vivir emociones por vías distintas, no es loco?.

¿Podrá una emoción generada en el cuerpo traernos los pensamientos, las creencias que nos provocan?. Aún no lo sé, pero he comenzado a pensar seriamente que mi cuerpo es un vehículo y que mi mente o lo que sea que ocupa esa función, es otra.

También he pensado que los descubrimientos de Susana pueden convertirnos en manipuladores espantosos, poder reir, llorar y sentir a voluntad, sin que sea verdaderamente sentido (entendiendo por esto que nazca de algo más allá del cuerpo).

Terminaré de leerlo antes de opinar más

I Ching : almuerzo rápido

Almorzar en un lugar como el I Ching es una buena opción para los días de semana. Este restorán chino de calle San Martín, cerca de la Alameda, ofrece comida sabrosa y barata, además de una adecuada decoración y atento servicio.

Arreglamos un poco el mundo con mi amigo Miguel, mientras gozamos un chapsui de carne y un delicioso arrollado de mariscos (que, como deben saber, es de pescado). Como había poco tiempo, solo bebimos agua mineral, aunque todo indicaba que habría sido buena una copa de vino.

Salimos con el tiempo justo para conversar un rico café en el Café de Luna (San Martín con Moneda) y fumar un par de puchos.

De regreso, pasé por la galería del Chileno Norteamericano para ver Operación Deisy (no Daisy aunque de eso se trataba). Raro, raro. En fin, no era mi día de apreciación del arte.

Café pensado

esta mañana necesité estar solo un rato, supongo que a todos nos pasa de vez en cuando. Me fui al Café Havana y me metí en la jaula de vidrio en donde se exhiben a los que fumamos. En fin, había pocos espectadores, por lo que pude estar tranquilo.

Es muy rico el llamado homónimo café havana, un tercio de leche condensada y café negro. Exquisito. me ayudó a despejar ideas y eliminar algunos juicios que había elaborado en sueños. En todo caso, resistí la tentación de comerme unas medialunas que me guiñaban desde el mostrador.

Breve visita pero suficiente para ordenar ideas y beber buen café.

Cena y entretenciones nocturnas

Con día de tan vegetal almuerzo, me vi obligado a cocinar algo contundente. Nada es más potente en Chile que un buen plato de porotos con riendas acompañado de un buen vino reserva.

Claro que estaba delicioso y espero que todos sepan como preparar este plato típico, ya que es insuperable. Acompañe el placer digestivo con hartas entretenciones que aprovecho de recomendar o tal vez no. Los números 176 y 179 de la revista Ñ (publicación sabatina del diario Clarín de Baires), una publicación de esas notables que nunca he visto en Chile. Teatro, música (el bolero pues), cine (argentino che), filosofía (un desconocido TheodorAdorno), política (escribe Anthony Giddens), religión (un artículo sobre el islam muy bueno). En fin, mucho más de lo que podemos procesar en una cena y que ni en sueños lo leo completo.

Aproveché de visitar una serie de papers del MIT acerca de descubrimientos aplicables a la generación eficiente de energía (mucha teoría después de todo), leer el último número de la América Economía (cada vez más fome con su repetido cuento de los MBA y noticias triviales), disfrutar la revista Vivienda y Decoración (su único defecto es ser publicada por El Perjurio) y de fondo escuchar la radio Zero (anunciando a Travis en Chile, escuchando a Tori Amos, Mademoiselle K y otros filetes musicales).

Bueno, rica cena proteica y alimento para la sesera. Ahora sigo con un chateo pendiente.

Lechugas por ver

Hoy viví la aventura de ir a ver un departamento como posibilidad de cambio. tengo hasta fin de año para encontrar un nuevo lugar en donde vivir.

En este caso, un departamento en Patronato, casi frente al Bellas Artes. La verdad, precioso, 150 m2 de buen diseño, amoblado con inteligencia y buen gusto. El sector sigue preocupándome, pero al interior del departamento ni ruidos ni problemas se sentían.

Me atrae el buen gusto de los dueños, cada cosa en su lugar, buenos muebles, buena distribución, lindos detalles y un perro con pulgas.

Para llegar a este lugar en un día de trabajo, pasé por el Café de las Artes, a engullir un buen plato de ensalada y un jugo natural (compensando un fin de semana, francamente tóxico). este café sigue siendo rico pero con una calidad de atención definitivamente l e n t a, muy lenta. cada vez que he ido a ese lugar, me digo, cuando atiendan bien, va a ser muy bueno. En fin, están al ritmo de las estatuas del museo.

En fin, me gustó comer lechugas para después de un par de horas, morirme de hambre pero extasiado de haber visto un lugar en donde me gustaría vivir.

Seguiré buscando mi nuevo refugio, pero comeré mejor en la próxima

Domingo familiar

Varias semanas han pasado desde que vimos a los viejos, así es que este domingo, tocaba visita. Mis viejos no se manejan con horarios, por lo que pude dormir más de la cuenta y partir después de las 15 a almorzar en su casa.

No será el mejor restorán, pero el pastel de papas es maravilloso, sobretodo después de una rica entrada de choritos y cebollines. Un buen acompañamiento de vinos (siempre les llevo algo para que prueben filetillos tintos), dio comparsa a una animada reunión familiar que se extendió hasta pasadas las 20 horas.

Aprovechamos con mi hermano de subvertirlos un poco mostrándoles las linduras el sistema con una buena película de Michael Moore, Sick-O, acerca del sistema de salud norteamericano (¿nos habrán copiado?). Nunca es tarde para que los viejos vean la luz.

Retornando en el metro, conversábamos con mi hermano, que diablos se podrá hacer para que más gente sea consciente de la perversidad del sistema en que vivimos. Y después de ser conscientes qué?

Quedamos con tarea.

Thelonious un gran ejercicio de jazz

Después de la cata de vinos en el Sheraton, había que disfrutar algo bueno. Nos fuimos al Thelonoius, un lugar de jazz notable. En esta ocasión, piano (Gonzalo Palma), contrabajo (Rodrigo Galarce) y batería (Alejandro Espinosa), sonando al unísono de manera virtuosa. El juego de las nota de piano con la gravedad del contrabajo y de fondo las percusiones, una verdadera armonía.

Unos sandwiches en pan francés nos repusieron, seguidos de unos ricos combinados de ron, hasta que llegaron unos amigos a completar el disfrute. La fiesta se extendió naturalmente con más ron y gaseosas, hasta que apareció la sorpresa, Andrea Tessa, cantando jazz. Notable, ella sigue siendo una buena voz a pesar de los años. (y yo que me sentía viejo, sentí que nada había cambiado)

La fiesta musical continuó hasta que nos cansamos, una delicia de sonidos del mejor jazz para una noche de sábado.

Sheraton : desfile trunco de vinos

Fuimos a la feria Cata & Vinos en su octava versión al Sheraton Hotel, porque había que probar el Malbec 2005 Nº1 de Viu Manent, se lo había prometido a mi amor (quien lo probó). No fue posible, esta noche fue desordenada, muchos vinos menores y experiencias de cata insuficientes. Incluso cuando traté de asistir a la Escuela de los Sentidos, no había nadie. Qué mal!!

Los Pinot Noir de Casablanca y del Valle de Leyda estuvieron exquisitos, van por buen camino, pero los tintos del Maule y del Limarí no son tan buenos como lo que probé de valles como Colchagua o Maipo.

Una corta pasantía de vinos en esta feria que me dejo un gusto a poco ya que llegué tarde y se acabó temprano.

Espero que el próximo año pueda degustar mejores vinos

Asado en chicureo

Este sábado fue especial, abandoné la ciudad para ir a la periferia. No a esa periferia que lamentamos que exista, porque la pobreza duele, sino a esa periferia opulenta, esa que tiene sobra y que aparenta tener más. Nunca se sabe hasta donde puede llegar el ser humano en su afán de creer que tener más es estar mejor.

Fue una fiesta de cumpleaños buena, con hartos amigos y mucha historia adeudada, no puedo pensar que estuviesen mal en este lugar, excepto yo.

Fueron 46 años de cumpleaños, además de la inauguración de una casa preciosa y enorme, aunque con la infelicidad de una vida dedicada a satisfacer al sistema. Tan poca armonía solo puede deberse a una falta de claridad acerca de lo verdaderamente importante.

Felicidades Pelao, espero que puedas ser feliz