Cocina chilena de autor : NH gran opción

Mucho tiempo reservé esta incursión gastronómica, pero nadie sabe de verdad cuando es el momento adecuado de nada. Hoy estuve casi 7 horas caminando en una linda excursión por las montañas de la Cordillera Central y les garantizo que eso da hambre. Evidente, ya tenía una buena excusa para darme un buen regalo gastronómico.

Unn lindo hotel y el acceso al restaurant directo desde la entrada. Me sorprendió ver que solo había un pequeño grupo de personas cenando, lo demás vacío. Buena oportunidad para elegir la mejor mesa y prepararme para disfrutar algo bueno.

Como de costumbre solicité mi agua mineral sin gas, mientras hojeaba la linda carta menú que me ofrecieron. Llegó un atento joven con un aperitivo (una minúscula sopaipilla con pebre en una pequeña cuchara de porcelana, exquisita), mantequilla y pan caliente. La carta abundante en tentaciones, entradas, ensaladas, cortes de carne, clásicos del mar, pastas y sopas. La lectura de la carta me sedujo, un atún sellado a la grilla con ensalada de alcachofas y camarones con un puré de palta. Mmmhhh, tal vez un cuadril de cordero braseado con napoleón de berenjenas al pomodoro y rica mozarella con espárragos y champignones salteados o quien sabe, ese charquicán del bicentenario (ohh, charquicán el único plato verdaderamente chileno).

Agobiado de sabores, me atreví con un lenguado a la plancha sobre un risotto de palta y salsa de papayas a la crema y un crispi de jamón serrano. Si, definitivamente quería eso.

Ante la ausencia de lenguado (maldita suerte), rapidamente me ofrecen la opción de reemplazo por un congrio a la plancha, lo que finalmente quedó ampliamente compensado. El plato sabía increíble, lo gocé de inicio a fin, el risotto de película con sus trocitos de palta mezclados milagrosamente con el arroz, queso y toques de vino. Delicioso!!!

El lugar de diseño moderno, espacioso, mucha madera, con una preciosa cava a la vista en un mueble muy bien diseñado; la música deliciosa, un jazz vocal con una fémina de voz maravillosa. Tranquilo y bien atendido, este lugar promete.

Es increíble la combinación del pescado con el manjar de una papaya, no imaginé cuan rico podía ser. Sabores chilenos y universales, un plato notable.

Para acompañar esta maravilla, nada mejor que una copa del reserva pinot noir Céfiro, un delicioso vino de Casablanca. Exquisita combinación.

Para los postres, decidí experimentar con una mixtura culinaria, una trilogía al carmenere, con un navegado, un helado de carmenere y un borrachito. Sorprendente, nunca había probado juntos estos chilenísimos sabores.

Gran acierto, NH sabe de comida chilena

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