Merendano : sencilla y rica oferta gastronómica

Paseando en el pulcro y sanitizado sector de vitacura y nueva costanera me dejé tentar por un almuerzo en este restaurant del pasaje El Mañío. Una presentación sencilla y una amable atención, me recibió para una tardía hora de almuerzo.

Especializados en crepes, fondues y preparaciones con base de pan pita, es un sitio interesante y con combinaciones de gastronomía de autor que me tentaron rápidamente.

Partí con la habitual botella de agua mineral sin gas, mientras recorría la carta. La primera tentación la elegí de la sección de Dips, unos crutones (pan baguette) con queso de cabra y orégano, con lo cual pude calmar mi gran hambre. Seguidamente me pedí un pan pita abierto (tipo pizza) con una base de queso filadelfia, trozos de salmón ahumado y abundante rúcula. Extraordinario!!!.  Para completar el placer añadí una botella de carmenere Sutil Colchagua State.

Para el postre, me dejé seducir por un Frutos del Bosque, salsa de frambuesa, arándanos, frutillas y boysenberries, una maravilla de sabores. Al cierre, un buen café negro.

Buen sitio, especial para reuniones y salidas familiares.

Ambrosía : un sitio de culto

Hace tantos años que me dejo caer en este lugar, pasando fantasmasgórico por esa Casa Colorada, un museo de portada, y disfrutar la deliciosa cocina de esa chef que define ese lugar de dioses. Este es un lugar muy rico!!!

Partí por mi habitual botella de agua mineral sin gas, mientras verificaba la oferta que la carta presentaba. Me encanté con una entrada cuya base era una tarte tatin de manzana cubierta con queso de cabra fundido acompañado de hojas de lechuga y rúcula con un molido de nueces fantástico.

Amenizado con esa entrada, me pedí una suprema de pollo, una pechuga de  pollo relleno con queso camembert y champignones. Acompañada de una porción de quinoa con una salsa de champignones salteados resultó una maravilla. Un toque de romero casi invisible me hizo extremadamente disfrutable este plato. Lo acompañé con un reserva de cabernet sauvignon y merlot, un delicioso vino para esta genial combinación de sabores.

Me encanta este lugar, Ambrosía es un sitio muy disfrutable!!

Da Carla : la tradición manda

Cada cierto tiempo me encanta volver a disfrutar algún buen plato italiano al viejo local de Mc Iver, con ese estilo tan peculiar de atención y esa decoración tan casera que me hace pensar que estoy en casa.

Llegué temprano para almorzar tranquilo y además de comer rico, aprovechar de reflexionar y ordenar mi mente. Demasiados temas, demasiadas ideas, demasiadas presiones y solo 24 horas por día.

Partí con mi habitual agua mineral mientras elegía de la carta algún plato que ya no hubiese probado en anteriores incursiones. Así encontré un plato delicioso, una pasta rellena con queso de cabra y champignon, con una salsa hecha con tomates en cuadritos (es increíble que este pequeño gran detalle es una maravilla, pues le da sabor y textura). Acompañé con una botella de merlot reserva mientras divagaba en el proceso de organizar mi mente para dar un buen cierre a una semana compleja. Tras esta delicia, nada mejor que un clásico, un estupendo Tiramisú y una taza de café negro.

Da Carla, que gran lugar!!!

Confitería Torres : una delicia necesaria

Una semana en extremo densa, algo que se ha hecho cotidiano estos últimos tres meses, pero nada mejor para sentirme motivado a experimentar mejores disfrutes. Llamé a mi mejor partner y lo invité a almorzar algo especial y conversar acerca de nuestros proyectos.

Nos encontramos en el metro Moneda para caminar hacia ese viejo y lindo lugar que es la Confitería Torres. Nos recibió el «Tata», el mozo más antiguo del lugar, más de 50 años trabajando en el lugar, un verdadero fenómeno. A pesar de su memoria debilitada, sigue siendo un personaje adorable y que sabe atender con humor. Pedimos las habituales aguas minerales para refrescar y limpiar las gargantas y luego nos fuimos directo a la carta de platos. Por la hora, ya estábamos hambrientos y un filete al cilantro además de un filete a la pimienta con sus deliciosos acompañamientos no demoraron en constituirse en nuestro pedido. Más guerra nos dió el vino, ya que tras tres intentos fallidos, porque ya no había disponibilidad, logramos tener una buena botella de vino en la mesa. De no ser por la simpatía del Tata, no habría soportado la situación, una carta de vinos que no esté actualizada es un crimen experiencial.

Un delicioso almuerzo en el cual repasamos todos los temas pendientes de nuestros proyectos e ideas, además de disfrutar la buena preparación culinaria. Este lugar se merece su prestigio, sigue siendo una delicia!!!

Tour de museos : lluvia y placeres

Sabiendo que venía un domingo lluvioso, preferí no ir a la montaña con mis amigos Malayos y dedicarme a una citadina pero placentera actividad, visitar museos.

Tras un desayuno frugal leyendo muy por encima el Perjurio (no merece más), una abrigada ducha, me preparé para caminar bajo la lluvia, un placer que pocos saben disfrutar.

Caminando llegué a mi primera estación, la muestra de WorldPress 2010 en Womistar, una muestra inquietante, con muchas fotos sangrientas de la estupidez humana, representada en conflictos artificiales y con muchas víctimas inocentes, sirviendo a intereses corporativos y de gobiernos corruptos. Tanta sangre, tanto dolor, reflejado en esas fotografías potentes y dolorosas. Niños y niñas víctimas de la estupidez humana, quizás la denuncia que significa cada foto pueda conmover algún día a quienes aprietan el botón.

Seguí mi ruta hacia el barrio Lastarria para visitar el siempre interesante MAVI, con una muestra mixta, audiovisual y algo extravagante aunque no menos disfrutable. Fue una rápida incursión, ya que me dirigí hacia el Museo de Bellas Artes en el Parque Forestal para disfrutar la muestra de esculturas en el subterráneo, una exposición deliciosa con muchos exponentes notables del arte nacional. En el primer piso, una buena muestra de los notables del arte nacional, Matta entre otros y en el segundo piso, un rescate de los maestros del retrato en 200 años de historia del arte. Está lindo el MNBA.

Bajo la lluvia deliciosa, decidí caminar hacia el Centro Cultural Palacio La Moneda (CCPLM) para visitar esa galería del diseño que siempre sorprende, en esta ocasión una muestra de reciclaje que me dejó pensando, ya que hay tantas opciones para hacer arte con aquello que muchas veces vemos solo como desecho. En los bajos, visité la exposición de fotografías de Transnoche, fantástica. Actores y personajes de TV que se prestaron para representar situaciones literarias, pequeñas ficciones de la bohemia y de la noche que me son familiares y al mismo tiempo me sorprenden. Es imperdible el diaporama que se muestra en uno de los sectores de la sala, con una adecuada música se muestra paso a paso la histriónica performance de los «actores», deliciosa muestra.

En el otro extremo del subterráneo, visité las exposición de máscaras del Ecuador, increíble repaso de la historia centenaria del rol de las máscaras y las caretas en la cultura popular.

Nuevamente bajo la lluvia, encaminé mis pasos hacia Bellavista con el objetivo de almorzar algo rico, y tras varios intentos, terminé en uno de mis sitios preferidos, El Antojo de Gauguin, lugar predilecto y que en esta ocasión me permitió saludar a Cecilia y Pato, los dueños, después de todo, debo ser el cliente más antiguo que tienen. Comí una deliciosa combinación de hummus y pan pita, una shawarma de falafel y esa maravilla de selección de rellenitos  árabes con una botella de ensamblaje tinto Porta, cabernet sauvignon, carmenere y syrah, que fue la maravilla para mi comida y para la conversación con mi amigo Patricio.

Rica experiencia, un día delicioso.

Krrtrekking V&V : delicias en el puerto

Un lúdico  paseo por Valparaíso y Viña del Mar (V&V) que inventé el 2001 y que repito de vez en cuando. La verdad es que cada vez es demasiado distinto, pues siempre hay nuevos lugares que visitar y algunas pérdidas que lamentar.

Aprovechando el fin de semana largo, me organicé una deliciosa jornada que comenzaría temprano abordando un bus que me dejara cerca del mediodía en Valparaíso. Un viaje en que aproveché de terminar un buen libro, After Dark de Haruki Murakami. Cada vez me gustan más los autores japoneses, son una revelación.

Bajando del bus me dirigí caminando hacia el cerro Bellavista en búsqueda de algún rico restoran. Tras muchas vueltas, noté que habían varios cerrados, pero el siempre bien posicionado Gato Tuerto me brindó la oportunidad de un buen almuerzo en privilegiada ubicación para mirar y fotografiar el puerto. Un delicioso mahi-mahi sobre couscous con garbanzos y pasas rubias, algo de salsa picante, alfalfa y especias. Acompañé con una botella de Pinot Noir William Cole 2009 que estaba fantástica. Desde el balcón, pude tomar algunas fotografías al barco Cerro Alegre encallado tras el último temporal en el puerto. Para los postres, nada mejor que un Kulfi de chirimoya. Delicioso!!

Caminando me fui a instalar a mi hotel, el Manoir Atkinson, un hotel boutique maravilloso que bien merece un premio por puro placer. Salí con ganas de una cerveza y pasé al Brixton, pero a los 10 minutos de espera me fui, no tengo paciencia para los lugares que atienden mal. Debo destacar que se cumple mi máxima, segundas oportunidades, segundos problemas, el Brixton siempre ha atendido mal. En todo caso, no hay problema, hay tantos lugares deliciosos en Valparaíso que es solo anécdota.

Tras muchos paseos y fotografías de grafittis, una pasión personal, llegué al Abtao, un restorán precioso. Lindos muebles y sillas de buen diseño, un pequeño pero delicioso bar con un piso de madera definitivamente lujoso. Una copa de espumante (champaña brut) fue un buen comienzo mientras revisaba una carta llerna de pastas, risottos, ensaladas, carnes y pescados. Me decidí por un risotto Abtao, locos, camarones ecuatorianos, queso parmesano, cilantro, champignones con vino blanco. Acompañé con un pinot noir Morandé Terrarum delicioso. La carta dxe vinosx era excelente, la música soul y ambient deliciosa incluyendo voces exquisitas como Sade. Lindo lugar, rojo y negro en paredes y manteles, el lugar cuenta con varios salones muy bien preparados. Para los postres, un suspiro limeño de arándanos con limón y albahaca, maravilloso!!!

Siguiendo mi instinto terminé visitando un lugar que no me traía buenos recuerdos en la atención, pero si me encantaba la compañía de ese entonces, el Poblenou, una prueba de fuego. La música electrónica exquisita y continua, acompañó ese mojito reflexivo y lleno de nostalgia.

Un lugar exquisito, declaradamente orgánico, es el Epif. Me disfruté un trago con frutas fresco y delicioso, mientras escuchaba la buena música del sitio.

El desayuno en el hotel, una maravilla, sentado en el pequeño comedor como si fuera mi casa, encontré el plato de frutas trozadas, el jugo de naranjas recién exprimidas, el rico café con leche y el jamón y queso necesario para sentir placer. Tras esa maravilla, me fui a tomar el metro y me dispuse a pasear hasta Limache. Un pueblo tan tranquilo que sus propios habitantes se sorprenden de ser visitados, es una tranquilidad que abisma y al mismo tiempo intranquiliza la mente.

Buscando un rico lugar para almorzar, encontré Sabor y Color, una casa preciosa y una ambientación precisa para restoran y cafetería. Partí con un pisco sour de manzana y albahaca. Luego una ensalada de quinoa, con palta, pimiento rojo, con una base de lechuga y aceitunas negras para abundar en una corvinilla rellena de camarones con una salsa de menta y limón. El vino, un pinot noir Céfiro reserva 2009, una maravilla. Música folcklorica elegante y permanente, una delicia para tanto extranjero visitante en el lugar. La casa es hermosa, con colores vivos y una decoración sencilla y oportuna.

Saltándome algunos lugares, les comento que llegué al Café Irlandés, que presenta una selección de cervezas extraordinaria. Elegí una Brueguel Amber Ale de 5.7° genial, mientras observaba el lugar, onda antro, con buena música ochentera, marillion, culture club y muchos más.

Una cena rica tenía que ser en Le Filou de Montpellier, mi restorán francés en los cerros de Valparaíso. Pedí un filete de avestruz grillado al roquefort (ohhhhhh, que rico es), mientras tanto disfruté su pate de foie y trocitos de pan. El vino, infaltable en una buena cena, fue un Chateau Los Boldos cabernet sauvignon y syrah, Momentos del 2008, una delicia. La música pop francesa dió el toque ambiental perfecto a esta experiencia. El plato fue más allá de mis pretensiones, un couscous con almendras y pasas, un salteado de verduras y los trozos de avestruz en la salsa de roquefort, me extasiaron al límite. Ante tanto placer, para los postres me la jugué por un mousse de chocolate a la naranja (creme brulée al fin y al cabo). Qué rica cena!!!

El desayuno en el lugar adecuado, el Café del Poeta, con jugo de maracuyá, un sandwich de ave palta mientras escucho a Lorenna McKennit, tranquilo. Aquí decidí cambiar a Viña del Mar, segunda parte del krrtrekking V&V.

El Enjoy del Mar es un sitio de Viña que me gusta y no me traicionó.  Un congrio al sartén con mantequilla perfumada y salsa de locos sobre tomates maduros con albahaca y menta, acompañado de puré de papas al olivo y endivias grilladas con miel. Una delicia que se disfruta con esa tremenda vista del mar que tienen las terrazas de este lugar.

Un postre de delicias de mouse de limón casero sobre salsa de butter de nuez, grissini de chocolate amargo y vino con frambuesa. Algo definitivamente delicioso!!!

Como me gusta V&V, aunque debo reconocer que me gustaba más con mi único amor.

Salaam Bombay : sencillo y delicioso lugar

A pesar que le conozco muchos años, fue relativamente reciente que decidí probarlo y fue una gran sorpresa. detrás de su apariencia poco atractiva se oculta una cocina india de gran nivel y he vuelto muchas veces a disfrutar los ricos sabores de la comida india.

Este sitio posee una sencillez que contrasta terriblemente con la magnificiencia de mi querido Majestic, quizás el mejor lugar de comida india que he disfrutado en Chile, pero me gusta. Me gusta la cálida atención y la rapidez sorprendente de la cocina. Una vez elegidos los platos, es muy breve el tiempo de espera y eso se agradece.

Estuve paseando en cleta por el cerro San Cristóbal a partir del mediodía, por lo que acumulé mucho hambre en esas horas de meditación en movimiento. Había regresado muy avanzada la madrugada del concierto de despedida de Sebastián Jordán Quinteto en Thelonious por lo que dormí hasta tarde. Necesitaba un almuerzo potente y lleno de sabores, lo cual solo se consigue en lugares como Salaam Bombay.

Partí con mi habitual botella de agua sin gas y pedí un Garlik Nan (pan con incrustaciones de ajo), una masa exquisita que sirve para acompañar cualquier plato. Un plato de arroz con camarones y finas hierbas llamado Ginga Briani y un plato de carne molida de cordero al tandor, Sheck kabab, maravilloso. Para acompañar esta maravilla de sabores, bien viene un Syrah y en la pequeña carta de vinos encontré uno de Santa Digna, todo un acierto.

Me gusta este lugar, tiene lindos recuerdos en mi mente.

Krrtrekking en Punta Arenas : delicioso paseo

Este viaje a Punta Arenas lo armé a principios del año, cuando en un afortunado evento, LAN remató pasajes a muchos lugares de Chile. Ahí aproveché de comprar varios boletos y uno de ellos me llevaba al fin del mundo en junio.

Tras instalarme en un lindo hotel en Avenida Colón, partí a buscar un buen almuerzo.  Lo encontré en  el restoran La Luna, un bonito y acogedor lugar atendido por sus propios dueños. Tras un aperitivo exquisito, el calafate sour (un sour basado en un berrie endémico de la zona), me fui por la especialidad de la casa, el chupe de centollas, que estaba increíble y mejor aún con la botella de pinot noir (Cono Sur Reserva 2007) que elegí para la ocasión. Se sumó al placer el rico pan amasado calientito y las salsas de untar. Cabe destacar la buena selección de música blues brasileños y Caetano Veloso, con blues y bossa. Una buena copa de helado de chocolate cerró esta incursión. Exquisito!!

Por la noche, auspiciado con una luna llena maravillosa, me fui al Santino, un restopub ondero, con buena música,harta gente a pesar del frío (algo permanente, pero manejable con buena ropa). En la música sorprende la selección  de gotan project y la evidencia de muchas mesas con solo mujeres. Es extraño el fenómeno, pero mi hambre se saciaba con un enorme Barros Luco y un combinado con ron. Fantásticos!!.

Como era relativamente temprano, me fui al Club Madero un bar en donde habían DJ’s en vivo. Buena música y buenos videos. Además del jugo que daban varias mesas, tanto de hombres y mujeres, pronto decidí que no estaba disponible para los mensajitos de las minas, asi que decidí terminar esta incursión nocturna e irme al hotel-

Partió un nuevo día con un delicioso desayuno en el último piso del hotel, un gran mirador de la ciudad y del Estrecho de Magallanes. Inicié un periplo delicioso visitando el Museo regional de Magallanes, un maravilloso Palacio de la familia de pioneros  Braun-Menéndez que de verdad sorprendió.

Continué el paseo visitando el famoso museo maggiorino Borgatello de la comunidad religiosa salesiana, una maravilla de conocimientos y calidad de presentación de la historia de la zona. Seguí por Avenida Bulnes hasta encontrar el famoso monumento de bronce que recuerda al ganadero de la zona y caminé varios kilometros por el parque precioso. Los restos de nieve y hielo fueron un contrapunto magnífico para mi incursión y alimentaron el hambre que pronto iría a satisfacer.

La visita al cementerio fue increíble, pocas veces había encontrado un lugar tan hermoso, a pesar que he sido visitante asiduo de cementerios en muchos lugares, algo me atrae y no se que es. Los árboles tan deliciosamente recortados que hacen una delicia del parque y cuesta darse cuenta que estás en un cementerio.

De regreso, hambriento como casi siempre, me fui al almuerzo en Sotito’s Bar, un sitio estupendo en la zona cercana al puerto de Punta Arenas. En la partida, un rico kir royale, tras revisar la extensa carta, me definí una entrada de buen nivel, 3 locos grandes sobre un colchón de lechuga cortada al hilo (como a mí me gusta). En la música Vangelis, así es que elegí para los fondos un filete magallánico,  un filete relleno con centollas con salsa al romero, ajo y papas Loreto. Acompañé con un syrah Barrica Selección de Santa Carolina, para formar un conjunto armonioso y disfrutable.

Para el siguiente día, un desafío interesante. Me levanté a las 4 AM para ser recogido a las 5 AM e iniciar un periplo delicioso hacia Puerto Natales y Torres del Paine. Un grupo bastante variopinto cuyo único norte era visitar la belleza, algo que siempre comparto. Tras varias horas de viaje por un camino lleno de nieve y hielo,  llegamos a Puerto Natales y tras cargar combustible nos fuimos directo a la Cueva del Milodón. Que lindo espectáculo, una cueva abierta por la acción de un glaciar y que fue residencia de un animal extraordinario como el Milodón. La cueva es de proporciones sorprendentes y no es difícil imaginar todo lo que pudo ocurrir en esas épocas.

El viaje continuó hacia Cerro Castillo en donde desayunamos en un café precioso (el típico monopolio turístico al que todos llegan sin proponérselo), un barros luco y un café con leche eran necesarios en mi cuerpo. De ahí en adelante fue una avalancha de sensaciones, estuve a metros de guanacos salvajes, ariscos ñandús y paisajes maravillosos. Perdí la cuenta de los lagos que disfruté, algunos sorprendentes como el Lago Sarmiento, la Laguna Amarga, el lago Nordenskjold, las Mellizas y el increíble Lago Pehoé. Nota aparte tienen el lago Grey, el Salto Grande, el río Paine  y el Lago Toro, las cuales disfruté bajo condiciones extremas, varios grados bajo cero, un viento de miedo y la nevazón interminable. Maravilloso!!!

Al regreso de este paseo de casi 1000  km, necesitaba una buena cena. Así es que fuí al restoran Puerto Viejo para comer algo típico. Allí partí con un rico bitter batido, para luego saborear un cordero al ruedo  en tres cortes, paleta, costilla y pulpa con un acompañamiento de papas al perejil, un formidable chimichurri y un Montes Reserva malbec que sintonizó al 100% con la comida.

El siguiente día me enfrentó con el almuerzo en Jekus, un pretencioso lugar, casi tanto como el rico restorán que probé con la familia de mi hermana que vive en Punta Arenas, llamado Status.

Aún con luna llena, decidí una cena en mi hotel, con ese mirador que hace que toda la ciudad esté a la vista y sobretodo esa hermosa luna. Me gusta demasiado disfrutar y dejé algunos registros de esta aventura aquí

Punta Arenas, la lleva!!!

Bristol : la excelencia de una gran experiencia

Un lugar céntrico de gran nivel para celebrar un lindo cumpleaños probablemente conducirá a muchos a este restoran del Plaza San Francisco.

Llegamos a buena hora para elegir una excelente ubicación en el elegante salón  y contar con la buena calidad del servicio que ofrece este lugar. Música ambiental bien seleccionada y un fondo de silencio a pesar de estar en pleno Santiasco. Las revoluciones bajan y comienza el disfrute.

Una gaseosa y mi agua mineral de costumbre, para una vez elegidos los fondos, pasar al buffet con esa increíble variedad de sabores que siempre existe en este sitio. Volqué en mi plato una variedad enorme de opciones, ceviche, un bouquet de pulpo, jamón serrano, una terrina sobre pera, calamares apanados, aceitunas, queso azul y varias otras delicias que me permitieron improvisar combinaciones exquisitas de sabores, mientras bebíamos una copa de pinot noir de Morandé. La temperatura del vino un poco alta para mi gusto, pero estaba muy bien.

Coincidimos en los fondos con un filete de reineta delicadamente grillado y montado sobre un puré de habas y acompañado de unos ricos brotes de berros. Una combinación espectacular que disfrutamos mucho con otra copa del pinot noir, ahora un poco más helado y por lo tanto más rico.

Para los postres, nuevamente acudimos al buffet, allí me tenté con una torta de crocante y pistachos que se merece un premio, demasiado rica. Finalmente un café, selló la celebración de una gran persona y amiga.

Bristol, definitivamente excelente!!

Cuerovaca : carnes deliciosas en un gran lugar

Siguiendo mi principal regla que es hacer disfrutable cualquier momento, una visita al médico de mi vieja me permitió mostrarle esa parte de la vida que muchos olvidan. me refiero, por cierto, a la mejor parte.

Tras interrogar a mi viejita acerca de lo que más le gustaría almorzar, mi brújula y GPS se pusieron en marcha y taxi mediante, llegamos pasadas las 14 horas al Cuerovaca en Vitacura. Un lugar tranquilo y con atento servicio. Nos ubicamos en una privilegiada mesa con vista al Paseo El Mañío y con espacio suficiente para sentirse bien atendido.

Partimos con un pisco sour y copa de champaña, para acompañar una buena porción de pulpo grillado que estaba de maravillas. A eso se sumó el pan francés calientito y varias opciones de untar, que fueron las delicias mientras llegaban los platos de fondo.

Para mi linda vieja la plateada de Wagyu con ensalada de palmitos, palta y tomates le vino muy bien. En mi caso, preferí un delicado garrón de cordero que acompañé con un rissoto de mote al merkén, que estaba de miedo. Estos platos se merecían un vino excepcional por lo que elegí un ensamblage Aluvión de Lagar de Bezana 2005, una maravilla!!.

El almuerzo estuvo exquisito, no solo por los sabores notables, la atención de primera, sino especialmente porque descubrí que el ADN disfrutador también está presente en mi vieja como lo era en mi viejo. Soy afortunado, mis padres me heredaron una genética fantástica que me hace gozar la vida en cada momento.

No costó mucho entusiasmar a mi vieja con los postres, ella elige un mousse de queso y crema y por mi lado una torre de lúcuma maravillosa, que exquisitos!!!

Tras el café, fuimos a pasear caminando por el boulevard de Alonso de Córdova, lugar que mi vieja no conocía y que no tardó mucho en apreciar. Ahora me va a ser más difícil sorprender a mi vieja, ya que ella aprende demasiado rápido acerca de lo que es bueno.

Rico almuerzo, fantástica experiencia con mi vieja!!!