Beethoven genio universal en Teatro Municipal

Cuando hice mi compra del abono de este año 2012, no pude evitar considerar este evento con la maravillosa música de Beethoven. No es trivial, ya que para llegar a una función esencialmente auditiva, debo dejar de escuchar el bullicio de Santiasco y además el retumbar de mi frenética actividad diaria y con tan solo 15 minutos para acomodar mi cuerpo y sentidos.

Con un notorio retraso, imagino proporcional al ego de quien sería el pianista solista, la belleza comenzó con el Concierto para piano N°2 en Si bemol mayor Op 19 con el solista en piano Gustavo Miranda, muy joven, tan  solo 22 años y con gran maestría pero excesivo ego, lo cual no obsta para aplaudir la ejemplar ejecución.

La segunda pieza del espectáculo, Fantasía para piano, coro y orquesta en Do menor, Op 80, sorprendente ya que en mi ignorancia esperaba que el enorme despligue del coro se hiciera presente desde un comienzo, pero Beethoven tenía otra idea, el coro aparece al final, pero extraordinario y sobrecogedor. Esta pieza musical es extraordinaria!!

Tras un intermedio prudente, la segunda parte del concierto arremete con la Sinfonía N°4 en Si bemol mayor, Op 60, esplendorosa en cada uno de sus pacíficos movimientos. Delicioso concierto!!

Sorprendente la calidad de la orquesta filarmónica de Santiago dirigida por Rani Calderón y ese magnífico Coro del Teatro Municipal.

 

Disfrutando imperdibles en el Municipal

Comencé a utilizar mi abono del Teatro Municipal con una seguidilla deliciosa de espectáculos, los cuales me han brindado un tiempo inolvidable de goce.

Partí con una sesión de danza contemporánea a cargo del Trisha Brown Dance Company, un grupo especialmente talentoso y al mando de la famosa coreógrafa y artista visual Trisha Brown.

La presentación incluyó 4 seleccionadas  piezas, Le Yeux et l’ame que puso muy alta la vara con un despliegue formidable de coordinación y bella coreografía acompañada de una música fantástica. Minutos después le siguió una pieza en extremo perturbadora, tuve la sensación permanente de que nada calzaba con nada y sin embargo el baile era bello por su virtuosismo. Esta danza llamada Foray Foret, fue el preámbulo para ir a un intermedio.

Al regresar de mi reflexivo intermedio, una maravillosa pieza de una bailarina solista, quien hace un acto de magia corporal, ya que jamás muestra el rostro manteniéndose de espaldas al público. Todo un desafío para poder expresar armónicamente sus exquisitos movimientos. Notable!!

Para el cierre, Set and Reset, una pieza vertiginosa, llena de geometría y movimientos rápidos, el nivel de coordinación de los bailarines es sorprendente, un continuo de energía en el escenario. Preciosa obra!!

Unos días después, me tocaba disfrutar Ravel y la Apoteósis del Vals, un nombre que solo sirve de excusa para que el director israelita Rani Calderón haga una demostración de lo que es capaz de sacar a una inspirada Orquesta Filarmónica de Santiago. Partió con una pieza maravillosa de Claude Debussy, Jeux Poeme Danse, sonidos envolventes, una verdadera ensoñación poética.  Le siguió el concierto para violín N°5 en La Mayor de Mozart, con un tremendo violín solista Emmanuele Baldini, un prodigio de interpretación que erizaba los vellos.

Vino un intermedio, claramente necesario para el descanso de la orquesta y para que el público sopesara la deliciosa oportunidad de esta sesión de buena música. Al retorno, dos piezas magníficas de Maurice Ravel, Alborada del Gracioso y La Valse, la primera una exquisita pieza para piano y la segunda una compleja pieza de vals que poco a poco deja de serlo en una estructura de disipación que finalmente termina siendo nuevamente un vals tradicional. Formidable!!

Una nueva espera y pronto llegó el día en que se presentaba el afamado pianista chileno Alfredo Perl. Consciente de su sobresaliente talento, se comporta como un divo durante toda la función, llegando incluso a cortar una pieza porque había gente tosiendo. A pesar de su ego desatado, su talento es sobrenatural y las piezas de Beethoven, Ravel y Liszt, nos dejaron boquiabiertos y alucinados. Un pianista de quien debemos sentirnos orgullosos.

Tendré que esperar unas semanas para volver al Municipal, que cada vez me gusta más.

Brad Melhdau : jazz con bis múltiples

El imperdible del fin de semana sin duda alguna, era el recital de este prodigioso pianista norteamericano. Llegué muy cerca de la hora de inicio y me sorprendió la gran cantidad de gente. Todo en contra, día con lluvia, un partido de fútbol de esos que arrastran multitudes y un artista que no es demasiado conocido, al menos para mí (salvo por Google)

Un escenario simplísimo, solo un piano de lustroso color negro y una banqueta. Y aparece Melhdau, también vestido de negro y sin preámbulos, comienza a tocar. Tema tras tema me van sumergiendo en un relax impresionante, comienzo a soñar despierto, como estar en éxtasis. Solo con la interrupción de los estridentes y merecidos aplausos, vuelvo a la realidad. De pronto, a la mitad del recital, Brad Melhdau inicia Teardrop de Massive Attack, increíble, para mi lo más extraordinario que escuché. Todos los vellos de punta, sonaba demasiado hermoso. Filetazo!!

Siguió con más versiones de piano sobre diversas composiciones universales de Antonio Carlos Jobim, composiciones propias y de otros autores extraordinarios. Al terminar el show, el público enloquecido como yo, hicimos salir más de seis veces al pianista, la verdad perdí la cuenta, pero es todo un récord.

Brad Melhdau toca sin pauta y con los ojos cerrados, es increíble como sale la música desde su tranquila humanidad. Me recuerda a Felipe Riveros, quien por cierto estaba en primera fila disfrutando esta maravilla de música.

Brad Melhdau, ídolo!!!!!

Concierto de piano al mediodía : delicioso

Casi una vez por mes, el Teatro Municipal ofrece los llamados conciertos de mediodía, música, danza, orquestas, trozos de ópera y mucho más. Es una hora de disfrute garantizado.

En esta ocasión, una sesión con dos pianistas de excepción, nuestro chilenísimo maestro Roberto Bravo y la talentosa pianista rusa Victoria Foust.

Partió Roberto Bravo, con una serie de música de películas, El Francotirador, Los Paraguas de Cherburgo, Cinema Paradiso, ET, entre otras. Fantástico escuchar esta versión en piano tan famosas y nostálgicas melodías.

El turno de Victoria, fue definitivamente clásico, Strauss y Lizst, magníficas interpretaciones, más de una vez me quedé sin aire con tanta emoción.

Finalmente, ambos pianistas a la vez, en un piano a cuatro manos increíble, partieron con las danzas húngaras de Brahms, luego el Cascanueces de Tchaicovsky y otras piezas, en las que sus manos danzaban en el piano y se entrecruzaban sin error alguno. Maravilloso.

Que lindo espectáculo!!!.