Quinte55ence en M100

A pesar de ser miércoles y que mucha gente prefirió el futbol, para mi era una cita imperdible con el talento y la buena música.

Pasadas las 21 horas, en un austero escenario pero repleto de la mayor concentración de músicos jóvenes y brillantes que se puede tener, se dió inicio a una maravillosa tocata de jazz. Temas del único disco de la banda, más temas que dejaron fuera de esa placa y los sorpresivos y notables temas que prepararon para homenajear los 90 años de Violeta Parra, nos hicieron delirar de placer.

La banda, formada hacia el 2005 al alero de mi sitio preferido, Thelonious, tiene por lider natural al virtuoso Federico Dannemann (guitarra); una segunda guitarra en manos del notable músico Roberto Dañobeitía; el contrabajo con un inspirado Rodrigo Galarce quien esta vez también tocó bajo eléctrico; la batería con el maestro Daniel Rodriguez quien reemplazó a Félix Lecaros; el increíble Lautaro Quevedo en teclados (habría sido más genial aún si hubiesen montado un piano); Sebastián Jordán en trompeta, increíble como siempre; Marcelo Maldonado quien es lo mejor que visto haciendo jazz con trombón; Jaime Navarrete, una segunda y sorprendente trompeta; Agustín Moya con saxo tenor, maestrísimo; Andrés Pérez con clarinete y saxo tenor; Cristián Gallardo en saxo alto y flauta (Pérez y Gallardo son parte de otro grupo excepcional, Contracuarteto, recientemente presentes en el primer festival de jazz de La Pincoya que tal?); el genial e introvertido Diego Manusevich en clarinete bajo. Todos dirigidos por Francisco Nuñez, mentor del grupo.

Las piezas dedicadas a Violeta Parra contaron con la extraordinaria voz de Francesca Ancarola, exquisita interpretación y buena onda. Ah, casi olvidaba la increíble pieza que compuso y dirigió Martin Joseph, un músico inglés a quien tuve el gusto de conocer en otras tocatas y que hace algo increíble, es profesor y director de improvisación (dialéctico no?).

Maravillosa tocata.

Thelonious adictus

Creo que ya opero por adicción, todos los fines de semana acudo gustoso a este lugar de jazz, el Thelonious. En esta ocasión presuroso por escuchar la combinación de Claudio Rubio en Saxo, Andy Baeza, siempre notable en batería, Mauricio Rodriguez en guitarra, Rodrigo Dañobeitia en la otra guitarra, Sebastián Peña en el Contrabajo (todo un descubrimiento para mí) y un invitado inesperado Felipe Riveros en piano para el último y más notable tema de la tocata.

Llegué tarde pues la tocata estaba apuntada a las 23 horas, sin embargo, a esa hora pocos comensales, algunos ensayos individuales y mi encuentro con un buen ron. Cuarenta minutos después, la belleza y el placer de la buena música llenaron el local.

Una buena hora de temas largos, intensos y llenos de la pasión habitual del buen jazz. Noté un detalle interesante, los músicos tienen muy diversos gustos. Claudio Rubio gusta de tomar cerveza y fumar un cigarrillo entre los temas, el resto se inclina por un buen cuba libre o el pisco sour.

En mis cavilaciones me encontraba cuando el hambre me sorprende pidiendo una porción de aceitunas y queso de cabra, con aceite de olivas y orégano. Exquisito entremes par amenizar mi trago.

Tras el intermedio, otra hora de temas deliciosos, me transportan por las posibilidades del talento musical de estos muchachos. Lindo espectáculo y especialmente con la intervención de los acordes de piano, que como siempre o casi siempre, dan el toque mágico al conjunto.

Me despedí de Erwin devolviendo los 2 CD de Thelonious Monk que me había prestado y orgulloso y salí a casa con Pithecanthropus Erectus de Charlie Mingus, con una gran sonrisa en mi cara.

Así vale la pena cerrar una semana.

Pulso en Thelonious

Aunque bastante cansado este 10/11, no podía dejar de asistir a mi cita de jazz del sábado. Esta noche, La banda Pulso, cuatro músicos excepcionales, Vera en guitarra, Moya en Saxo, Baeza en batería y Quevedo en piano/teclados. Una cita con lo bueno, sin duda.

Mucha tardanza en la partida, pues Baeza se retrasó ( muy raro). También fue muy extraño que faltaran ingredientes esenciales para que me pudiera comer mi sandwich favorito, tuve que pedir otro (rico pero nunca tanto como mi preferido). Me quedé pensando si Erwin estaba pasando un mal momento. No lo sabré y espero que solo sea un instante.

Disfruté una gran tocata de esta banda, virtuosismo, gran sentido del ritmo y de la magia del jazz. Me sumé a los aplausos que espontáneamente brotaban de la asistencia tras los solos de instrumentos que nos hacían gozar a todos.

Redoblo mi admiración por Andy Baeza, quien llegó muy atrasado y en menos de dos minutos estaba tocando como si hubiese ensayado todo el día. Gran músico.

Me retiré temprano (bueno nunca tanto) con dos CD en mis manos. Erwin me prestó una deliciosa selección de Thelonious Monk envidiable. Gran compañero y muy generoso.

Claudio Rubio Cuarteto

Hace varias semanas que se presenta en el Thelonious, este notable cuarteto. Un saxofonista de primera (Claudio), una guitarra virtuosa, una estupenda batería y el inigualable contrabajo (Menares, Baeza y Galarce).

Este sábado 03/11 me dejé caer por el lugar, no solo por la música sino por mi sandwich preferido (Lomo de Vacuno completo, exquisito), un buen ron y para devolver a Erwin (dueño, maestro y poeta del lugar) un CD de jazz estupendo. Se trataba de Lee-Way (el notable Lee Morgan + grupo).

Gran tocata hasta bien entrada la noche, esta vez no hubo mucha audiencia, pero el espectáculo no arrugó en nada. Bien por los músicos virtuosos de este país.

Salí contento y con otro CD de miedo Miles & Quincy Live at Montreux, a disfrutarlo se ha dicho.

Acordes de piano

El sábado 27 fui a disfrutar una tocata de jazz al Thelonious. Fue ocasión de volver a ver al pianista argentino Ernesto Jodos junto a Sebastián Duplaquet Trío. Una delicia de temas, largos y sentidos, llenos del virtuosismo de estos connotados músicos, quienes disfrutan tanto como yo de la música que sale de sus almas.

Compré el disco de Jodos, promete, de verdad que tiene cuento el hombre. Conversé un rato con Duplaquet, quien con su acostumbrada modestia anuncia que viene un nuevo disco (varios temas los he estado escuchando estos últimos meses en diversas tocatas). Ciertamente, después del magnífico disco Sueños de Sebastián, el desafío de superarse a si mismo es grande.

El nunca bien ponderado compañero poeta Erwin (dueño del Thelonious) nuevamente me sorprende prestándome un nuevo CD. Grande!!!!

Sábado de vacaciones

Por fin, un día de vacaciones. Temprano, a una hora indeterminada, mi hermano e Ingrid salieron de mi dpto. Me levanté cerca del mediodía, fui a retirar ropa de la lavandería y me preparé para ir al cerro.

Que delicia, subir con todas mis fuerzas el cerro, me relajó. Grato mote con huesillos y un recorrido extenso por más de tres horas por distintas rutas del cerro. Es la meditación que necesita mi mente y que la naturaleza me regala.

Bajé raudo el cerro y me dediqué a vagar por calles antiguas de Providencia. Hay tantas bellezas en esas pequeñas calles, siempre me sorprendo de lo que veo. Pasé a comprar unas empanadas y me fui a casa.

Lecturas varias, una gran película : Ciudadano X y luego al supermercado. Hace casi un mes que no iba y tuve que hacer una gran lista de ausencias en la despensa.

Salí a disfrutar mi sandwich favorito, una frica palta mayo en la Fuente Alemana y luego al jazz. Compré la última Ñ y mientras la leía en el Thelonious, llegan los músicos que acompañarán a Duplaquet y conforman el cuarteto de esta noche.

Temas antiguos del CD Sueños (uno de los más destacados trabajos del jazz chileno), temas de terceros y la sorpresa, tres nuevos temas que formarán parte de una nueva producción.

Notable Duplaquet, gran recital y buen ron.

Contracuarteto la lleva

Mis asiduas visitas a los lugares de jazz frecuentemente se topan con magnificas interpretaciones. En general, el jazz chileno y sobretodo interpretado por jovenes es de excepción, infinitamente disfrutable, pero Contracuarteto es demasiado top.

Esta noche de sábado, Contracuarteto mostró su genio, su fantástica capacidad de maravillar con esa música del alma, intensa, exaltadora, inquietante y demasiado bella.

A mayor abundancia, tocaron los temas de su disco (único por el momento) alternando con la visita de sus invitados, Cristian Moya en saxo tenor, increible como siempre y Felipe Riveros para poner esas notas de piano que hacen especial una tocata. Como habría gozado mi compañera este recital, ella sabe apreciar la magia de esta música. Puchas, me haces tanta falta!!!!!

Me comuniqué con mi bajoneado hermanito por SMS, espero que haya comprendido que la vida continúa y que nada es suficientemente fuerte como para oponerse al impulso de vivir. Por lo demás, en menos de una semana nos vamos a Baires a disfrutar el carrete bonaerense.

Buena tocata, mejor final, porque a mis notas en mi diario le pude añadir el sentimiento de saber que nada es más importante que amar, sin ataduras, sin complejos, solo amar porque es rico.

Me voy a dormir pensando en que un sábado así, vale la pena vivirlo.

Un sábado intenso

Este sábado partió relativamente temprano, ya que sin necesidad de mis tres despertadores, antes de las 11 de la mañana estaba en pié y desayunando. Hice los preparativos básicos para asegurar que todos quienes iban a participar del cumpleaños de mi madre, tuvieran los punteros de la cita.

Partí al cerro San Cristóbal y antes del mediodía ya estaba al pié del cerro por Pedro de Valdivia Norte. Desde el día 15 de agosto que no subía y de verdad que necesitaba sentir el cuerpo y hacer mi meditación del ascenso. No sólo subí hasta la cumbre, sino que después me fui hacia La Pirámide e hice todas las combinaciones que pude incluyendo una segunda cumbre y también algunos senderos en donde hasta pasé susto debido a que mi bici resbala en las bajadas.

Lo concreto es que volví a casa a las 14:45 horas y mi hermano me esperaba sentado en las escaleras, aprovechando las redes inalámbricas del edificio. Increible hay más de una docena de redes habilitadas, aunque casi todas con seguridad.

Mientras me duchaba, llegaron los viejos junto a mi hermana mayor que anda de paso por la capital. Intuyendo el derrotero de dicha tarde, les convencí tomar unos taxis y nos fuimos a ese tradicional y rico restorán Omar Khayyam en Av. Perú. Llegamos cerca de las 16 horas, aprovechando la ventaja de un restorán cuya cocina los sábados no cierra.

Fue un festín de sabores árabes, pedí la mayor variedad de platos que pude para que fuera un almuerzo gozoso, contundente y novedoso para la cumpleañera. Acompañamos con unas botellas de Los Mareados 2004, muy buen ensamblaje e ideal para este almuerzo. Tras los postres unos ricos bajativos y mucha conversación, facilitada por tener el segundo piso casi exclusivamente para nosotros.

Retornamos a mi departamento para finalmente retirarse todos, excepto mi hermano, alrededor de las 19 horas.

Si bien mi hermano regresaba a Viña el mismo sábado, me di maña para seducirle con un filete de jazz imperdible. Así es, reservé y alrededor de las 10 de la noche nos fuimos a El Perseguidor en Bellavista. La cita era con Christian Gálvez Cuarteto (Félix Lecaros en batería, Roberto Lecaros en Contrabajo, Andrés Pérez en Saxo y lo increíble un muchacho ciego al piano, un talento).

Una jornada de jazz inolvidable, al virtuosismo de cada músico le acompañó la tremenda ovación de quienes tuvimos la oportunidad de disfrutar tanta maravilla. Un espectáculo de primer nivel.

Antes que partiera el show, llegó nuestro primo Luis, también de paso por Santiago, quien no podía creer que hubiese música así. Fue tanto el placer que tuvimos con la música, que quedamos muy prendidos y tuvimos que irnos a otro sitio. El lugar elegido, Piso 33 en Alameda, música electrónica a toda potencia. Tres DJ animaron la noche, en la que bailamos hasta que nos dió hipo, eso fue pasadas las 4:30 de la madrugada. No nos dimos cuenta como pasó el tiempo, realmente entretenidos.

Regresamos al departamento y ahí mi hermano decidió migrar a la casa de una amiga por lo que, fiel a mi hambre compulsiva, invité a mi primo a comer a la Casa de Cena. Por más de una veintena de años, a cualquier hora, este restorán ha sido mi salvación. Pero ahora no lo fue, ¡estaba cerrado!!!!!.

Desesperado, partimos a otro sitio que normalmente está abierto toda la noche en los fines de semana, El Prosit de Plaza Italia y decepción!!!, también estaba cerrado. Al borde del colapso, decidimos caminar por Alameda hacia el poniente y por suerte encontramos un abarrotado sitio enfrente del Diego Portales, que aparentemente era lo único abierto, ya que todos los trasnochadores hambrientos estaban ahí.

Tras comer un par de sandwiches y beber unas gaseosas (a esa hora es lo que hay), decidimos que era suficientemente tarde (más bien temprano, casi las 7 de la mañana) y calabaza, calabaza, cada uno para su casa.

Ufff, que sueño!!!

Thelonious un gran ejercicio de jazz

Después de la cata de vinos en el Sheraton, había que disfrutar algo bueno. Nos fuimos al Thelonoius, un lugar de jazz notable. En esta ocasión, piano (Gonzalo Palma), contrabajo (Rodrigo Galarce) y batería (Alejandro Espinosa), sonando al unísono de manera virtuosa. El juego de las nota de piano con la gravedad del contrabajo y de fondo las percusiones, una verdadera armonía.

Unos sandwiches en pan francés nos repusieron, seguidos de unos ricos combinados de ron, hasta que llegaron unos amigos a completar el disfrute. La fiesta se extendió naturalmente con más ron y gaseosas, hasta que apareció la sorpresa, Andrea Tessa, cantando jazz. Notable, ella sigue siendo una buena voz a pesar de los años. (y yo que me sentía viejo, sentí que nada había cambiado)

La fiesta musical continuó hasta que nos cansamos, una delicia de sonidos del mejor jazz para una noche de sábado.

Angel Parra y sus demonios

En el barrio Bellavista el club El Perseguidor fue escenario de un exquisito espectáculo. Angel Parra, Titae Lindt y Andy Baeza dieron vida y ritmo a una noche espectacular.

Lleno total para ver, tras casi dos años de ausencia, al nieto de la Parra más prolífica y talentosa de Chile. Jazz sincopado y una guitarra veloz y libertaria, dieron vida a una secuencia de música deliciosa. A medida que avanzó la noche el jazz se fue convirtiendo en rock, del mejor. Tres salidas a escena fueron un rotundo éxito.

El ego de Parra hizo contrapunto con la simpatía de Titae y el silencio virtuoso de Baeza, para crear una atmósfera de placer en un local abarrotado de cuicos y algunos comensales adictos a la buena música.

La tabla de carnes no tuvo gran sabor excepto por el acompañamiento de un buen Reserva Cabernet Sauvignon 2005 De Martino, rebosante de frutos negros y rojos (la carta anunciaba muchos vinos mejores que no estaban disponibles,…, que mal no?). Hubo que esperar por un buen ron Havana Añejo para ver que pasaba con una tabla de quesos y frutos secos y asi equilibrar el paladar.

Acompañó la velada un buen desfile de hermosas mujeres directo al baño (también fue posible observarlas de regreso). ¿porqué van tantas veces al baño?

En fin, ya era hora de tener de vuelta a Parra, hace bien tanto talento exorcizando demonios de modernidad.