Simon Boccanegra : ópera de las pasiones intensas

Como pocas veces me ha ocurrido, en esta ocasión fui el invitado a disfrutar de esta famosa ópera de Verdi en el Teatro Municipal. Concertados para estar 15 minutos antes en el acceso del teatro, tras una breve puesta al día, nos dirigimos a unas estupendas ubicaciones en el palco 21 del segundo nivel, uno de mis sectores preferidos para gozar a mis anchas una ópera o un ballet y en primera fila como corresponde.

A la hora definida, la orquesta filarmónica completa su rito inicial para la aparición del gran José Luis Dominguez, director cada vez más potente de esta orquesta, en la cual curiosamente militan además dos buenos amigos polacos, con quienes hemos disfrutado algunos paseos a la montaña altiplánica.

Esta  obra de Verdi es primera vez que la puedo gozar, lo cual me hace especialmente feliz, ya que el personaje Boccanegra tiene un sino muy peculiar, llega al poder como Dux de Génova en el siglo XIII no por ambición, sino porque el pueblo se lo pide y a su especial sencillez añade que su mayor ambición era su amor por María, su circunstancial pareja y que luego fue recluida por el padre de ella para evitar que se pudieran juntar. Así una temprana muerte de María, deja el espacio para un amor imperecedero por la hija de ambos, desaparecida inexplicablemente y que aparecerá más adelante como hija adoptiva de su propio abuelo. Una historia de pasiones lindas e intensas, Boccanegra, por una parte tirano, es al mismo tiempo un hombre justo y amoroso. Rodeado de intrigas de palacio, enemigos de las clases aristocráticas y otras yerbas, la ópera prosigue con su deliciosa música ahondando en las pasiones humanas, que como siempre, o casi siempre, terminan en tragedia. Boccanegra envenenado por un enamorado despechado de su hija, defendido por un yerno traidor sin saberlo y apoyado por su mayor enemigo, el suegro.

Me gustó esta obra, sencilla escenografía pero contundente en textos y música, como pocas. Siento que Verdi, logra algo excepcional en esta historia basada en gran parte en hechos reales y que nos muestra que la realidad a veces supera a la ficción, pero que finalmente es una excusa para exponer los sentimientos humanos en su más desnuda cualidad.

La ópera sigue siendo una maravilla para disfrutar cualquier día en Santiasco!!

Boris Godunov : una ópera extraordinaria

Esta ópera ha sido esquiva en Chile y ésta era una oportunidad única para disfrutar esta magnífica obra de Alexander Pushkin. Llegué con muy poca anticipación dada la carga laboral, pero tenía la ventaja de haber comprado una muy buena posición en palco y nadie me impediría disfrutar la hermosa obra que me citaba esta noche al Teatro Municipal.

La maravillosa escenografía del virtuoso Hugo de Ana, la irreemplazable Orquesta Filarmónica de Santiago bajo la dirección del maestrísimo José Luis Dominguez, el coro de niños del Grange School, el coro del Teatro y toda esa magia que el Teatro Municipal nos depara para estas obras fantásticas.

Unos pocos minutos de atraso y ya estábamos inmersos en la maravilla escenográfica de esta obra. Una increíble cantidad de artistas en escena, masivo como pocas veces, para exacerbar la contundencia del argumento, un pueblo atormentado por la falta de un rey, o lo que sea representante del poder, por ejemplo, un regente Boris Godunov, enamorado del poder y capaz de asesinar al verdadero heredero y vivir atormentado el resto de su vida por ese crimen infame.

Hermosa obra, ya que se pasea por la historia de los personajes pero finalmente choca ante la tremenda infamia del asesinato por el poder. Una historia de los años 1500 nos lleva una y otra vez por la vicisitud humana, el crimen como pasaje al poder, el remordimiento, la necesidad de ser perdonado y sobretodo, el impulso a la permanencia, a la proyección en los hijos a pesar de todo. Es una obra tremenda, con una escenografía increíble, con ritmos perfectamente logrados y con la perfección ejecutante que pocas veces vemos. Un aplauso cerrado para los artistas y el equipo técnico que hace posible que la continuidad dramática no se perturbe por los necesarios cambios en la escenografía, una maravilla de precisión relojera.

Una obra excepcional, dramática y bella en extremo, pocas veces he visto esta contundencia en el Teatro Municipal, lo cual me alegra, ya que me hace sentir que siempre me podrán sorprender.

Boris Godunov, el lamento del poder, una obra magnífica!!!!

Las Mil y una Noches en el Municipal

Una nueva versión del programa Mediodía en el Municipal, me llevó a disfrutar una obra musical maravillosa a cargo de la Orquesta Filarmónica de Santiago, bajo la batuta del sinigual director José Luis Domínguez.

Un ruidoso comienzo por la presencia de una muchachada escolar estridente, al punto que Domínguez no parte sino que protesta sutilmente dejando la batuta y esperando hasta que el silencio, debido respeto, se hace presente en el Teatro.

La primera pieza de Mendelsshon, solo fue el preámbulo para el plato fuerte, los 4 movimientos de la grandiosa suite de Korsakov, Shéhérazade (el personaje clave de las Mil y una Noches).

El director, con infinita paciencia explica el contexto de la historia y luego arremete con la increíble música. para mi gusto personal los movimientos 2 y 4 son electrizantes, intensos y con toda la potencia que puede dar la orquesta. El violín concertino, deslumbra con su arte, de hecho es metafóricamente el personaje femenino en perfecto diálogo con los instrumentos de tonos graves que representan al sultán.

Exquisito intermedio filete entre tanto stress laboral. Bien por el Municipal!!!

La Bella Durmiente : ballet del bien y el mal

Magnífica!!!
La verdad es que después de ver esta maravillosa obra solo puedo decir eso. Un Teatro Municipal casi lleno, con muchos niño expectantes y variopinta concurrencia. La música de Tchaikovsky en vivo a cargo del talentoso maestro José Luis Dominguez, el guión intervenido preciosamente por Marcia Haydée y un elenco de bailarines espectacular.

La historia es muy conocida por tratarse del típico cuento infantil (Charles Perrault), pero la magia de un buen ballet es hacer misteriosa, mágica y única la representación. Los bailarines top del Municipal Marcela Goicoechea y Luis Ortigoza se complementan extraordinariamente con el belga Alain Honorez (Hada Carabosse) y decenas de otros bailarines fantásticos.

Un pequeño desacierto en la lista de invitados al bautizo de la princesa Aurora, hace enojar al hada (mala) Carabosse (el genial Honorez), quien lanza conjuros sobre la inocente niña, lo que solo se atenúa con la intervención del hada (buena) Lila (Goicoechea). Con el paso de los años, cuando la joven Aurora es pretendida en sus 16 años por galantes jovenes, se cumple el conjuro y la hada Lila cambia la muerte de la princesa por un dulce y prolongado sueño.

Cuando el príncipe Desiré (Ortigoza) descubre, se enamora y besa a la princesa acaba con el conjuro, todo se transforma en fiesta.

La sucesión de bailes, multitudes de pas de deux y variadísimos personajes de fábulas como el Gato con Botas, la Blancanieves y sus enanitos, la Caperucita Roja y el Lobo Feroz, enmarcan un ensoñado espectáculo de exquisito ballet, en donde me sorprendió la extraordinaria versatilidad escénica del Hada Carabosse y los increíbles escenarios, dibujados con perfección y belleza.

La batalla dramática entre el bien y el mal no acaba con la obra, es sempiterno y dibuja con precisión el devenir de la vida humana.

Preciosa obra, imperdible!!!!

Gala de Ballet en Teatro Municipal

Los espectáculos que se montan en el Teatro Municipal se han convertido en un deleite para mí. La primera noche de lunes de agosto, la gala venía cargada de estrellas.

El ballet comenzó cn un concierto barroco, con música de Bach en la interpretación maravillosa de la Orquesta Filarmónica de Santiago bajo la dirección siempre perfecta de José Luis Dominguez. Tres trozos de música bailados por artistas de ballet de Santiago en una armonía y continuidad deliciosas.

Siguió una preciosa pieza llamada Elegie con música de Rachmaninoff, para llegar a los bailarines del ballet de Hong Kong, quienes interpretaron Butterfly Lovers, increíblemente bella. Más adelante, estos mismos bailarines interpretarían Turandot (un Pas de Deux) con música de Puccini y que ellos cerrarían con un gran beso. Aplausos totales para estos artistas.

Rodrigo Guzmán, haría un Viaje Corto, un baile solista con la música de Los Tres (Amores Incompletos), totalmente genial.

Los bailarines del Ballet de Stuttgart darían muesra de su taleno en Adagio Assai con música de Ravel y la gran Marcela Goicoechea con su baile solista de La Boheme con voz de Charles Aznavour.

En cosa de segundos, tras un baile de los bailarines alemanes (Ring them Bell con música de Liza Minelli), los magos de la tramoya del Teatro, armaron un gigantesco escenario para que tres grandes bailarines hicieran la pieza Trio.

Un desfile de virtuosismo y calidad nos dejó con 20 minutos para tomar aliento.

Al volver del intermedio, la música en vivo de Stravinsky dio inicio a la extraordinaria obra La Consagración de la Primavera con la participación de los bailarines del ballet de Santiago, un increíble bailarín ruso y el primer bailarín del ballet de Stuttgart. Una obra maestra audaz incluso para esta época.

Linda y emocionante Gala.

Concierto de mediodía : un filete musical

La Orquesta Filarmónica de Santiago, dirigida por el maestrísimo José Luis Dominguez, se dio cita en el Teatro Municipal para un concierto extraordinario.

Puntualmente, llegan al escenario los músicos vestidos de riguroso negro y con sus instrumentos a cuestas. Seguidamente, la primer violín, llega para los ajustes de tonos (un rito de orquesta antigua) y finalmente, entre aplausos, aparece Domínguez.

La Sinfonía Nº7 La Mayor OP92 es probablemente una de las mejores obras de Beethoven, por lo menos, para quienes fuimos a disfrutarla hoy. Beethoven compuso esta obra estando completamente sordo, lo cual es increíble. La diversidad de sonidos (flautas, trompetas, oboes, junto a violines, cellos y contrabajos), la rapidez de los cambios y el uso fantástico de las percusiones, me erizaron todos los vellos cada cinco minutos.

La incorporación en el tercer y cuarto movimientos de un vibráfono, panderos, bombos y piano, anunciaba lo apoteósico del ritmo que se expresaría. La música es excepcional, vibrante, una verdadera fiesta y al concluir, el teatro se llenó de vitores y aplausos, completamente merecidos. Una verdadera maravilla!!!!