Agustín Moya Quinteto : filete en grabación

Tras una especialmente pesada semana laboral, no iba a dejar de disfrutar algo bueno que cerrase el viernes.

La grabación de un disco de Agustín Moya Quinteto era un filete imperdible. Llegué a tiempo al Thelonious para pedir mi cena favorita y que ya la conocen de memoria en el local, basta que me digan «lo mismo de siempre» y ya está hecho el pedido.

Una noche genial, Agustín Moya en saxo soprano y composiciones, seguido por el maestro Felipe Riveros en el piano, Nicolás Vera en guitarra electrónica, Nélson Arriagada en contrabajo y Daniel Rodriguez en batería.

Tratándose de una grabación de disco, está claro que todo el filete se puso a la parrilla. Disfrutamos piezas extraordinarias, de larga duración y con el genio adentro.

Además del saxo increíble que toca Agustín, hubo un piano acompañante delicioso y en el penúltimo tema, una impro de contrabajo realmente extraordinaria.

No solo calmé mi voraz hambre con ese sandwich de lomo increíble, sino que saturé todos mis sentidos con la maravillosa música de Moya y equipo.

¿cuando sale al mercado esta maravilla?

49º aniversario con merecido jazz

Tengo la fortuna de poder contar con unos padres que cumplieron 49 años juntos y todavía se aman como si fueran pololos de secundaria. Increíble, pero es cierto.

Una celebración de esta prodigiosa condición solo podía realizarla en un lugar que ellos no conocieran y que además estuviera garantizado un gran disfrute.

El día indicado llamé a Erwin, maestro permanente del Thelonious, para reservar la mejor mesa y asegurarme que me consiguiera un par de botellas de buen vino. Erwin es excepcional, accedió en el acto y cumplió a cabalidad.

Mi hermano y su compañera llegaron temprano a mi casa y esperamos a que llegaran los viejos, lindos, se vistieron para la ocasión y estaban ansiosos de la sorpresa que había preparado. Abordamos unos taxis y raudos llegamos al lugar de jazz. A nuestro arribo, eramos los primeros en llegar y encontramos a la banda, Lautaro Quevedo Trío en el ensayo. Con cierto pudor, nos preguntaron si nos molestaba, a lo que obviamente respondimos al unísono que era un lacer y un honor.

Comenzamos con unos buenos aperitivos, bien preparados por una hermosa barman y acompañamos una selección de picoteos. Aceitunas negras con queso de cabra y orégano, como siempre delicioso. Una tortilla de papas y unos champiñones al ajillo, todo en su punto y disfrutables.

Mientras conversábamos y disfrutábamos los aperitivos, comenzó a llegar la clientela habitual del Club y muy pronto, los músicos ya estaban nuevamente en escena para darnos un espectáculo del nivel de maestros que son. Lautaro Quevedo en piano, Nélson Arriagada en contrabajo y violoncello y el talentoso Daniel Rodriguez en batería.

Una noche potente, con piezas clásicas e improvisaciones notables. Mis viejos disfrutaron tanto como yo suelo hacerlo en este lugar y además comieron hasta quedar exhaustos y muy bien acompañados con las reservas tintas que Erwin nos seleccionó para tan grato momento.

Feliz de tener unos viejos que saben disfrutar su vida juntos.