Asia Lima : un retorno inesperado

Salí a buscar un sitio en donde cenar tras una jornada intensa de trabajo y ninguna gana de cocinar en casa. Como me resulta normalmente cómodo, comencé a caminar zigzagueando en las calles del sector Manuel Montt, ponderando historias y descubrimientos en los sitios que iba encontrando. Inesperadamente, la cálida iluminación del Asia Lima fue suficiente seducción para decidir que ese sería mi lugar de cena.

Estaban partiendo la jornada, por lo que tuve que perdonar cierta torpeza al comienzo, pero muy pronto pude pedir un aperitivo, el Inka Atahualpa, un pisco con licor de banana, jarabe de granadina e inca cola, una delicia que por su contundencia requería algo más. Así que pedí, una causa al olivo, esto es, una causa rellena de pulpo con crema al olivo. Una delicia inesperada, ya que acostumbrado a las causas con atún, no sabía que esta variante podía ser tan deliciosa.

Aún hambriento, seguí revisando la carta y me encontré con la versión japonesa de la comida peruana y pedí un Asia Maki Popeye, una combinación de atún y palta envuelta en espinaca y cubierto con un tartar de atún y salsa oriental, un plato delicioso que bien merecía una botella de Matetic Corralillo Pinot Noir.

El lugar sigue siendo cool, solo falta refinar el servicio, ya que se nota mucho la diferencia entre los mozos inexpertos y los con oficio.

 

La gran ola : nuevo sitio de comida nikkei

Con menos de tres meses de existencia, este lindo lugar del barrio Condell que describí en cleta hace un tiempo, se presentó como una excelente opción en mi búsqueda marciana, es decir, búsqueda en martes de invierno juliano

Esperaba que estuviera lleno, pero me sorprendí con un local vacío, debo reconocer que hay limites culturales torpes y uno de ellos es suponer que si se aleja más allá de Bilbao, puede ser peligroso. A mi me gusta investigar y asumir riesgos, por lo que cruzar algunas lineas «rojas» me viene muy bien.

El local es estupendo, bonito diseño, extraordinaria música, buena atención y sobretodo es una opción que busca diferenciarse del resto y eso la hace power.

Mi cena partió en la terraza (tiene un excelente y acogedor comedor, pero hoy quería tener la libertad de fumar) con un rocoto sour (muy peruano) con un ceviche nikkei, nombre ampuloso para un ceviche que además del pescado del día posee unos deliciosos cortes de pulpo, calamares y camarones. Una combinación extasiante y en un tamaño muy adecuado para permitir seguir el disfrute con otro plato.

Un patio precioso, techado con lonas, con árboles frutales, unas lámparas japonesas maravillosas, lindas cortinas,  y acompañado de la exquisita música lounge que emerge de los parlantes. Me sentí a mis anchas, este lugar maneja con inteligencia los placeres.

Desocupado de mi exquisita entrada, me dispuse a gozar mi plato de fondo, un maki es decir, un Ebi huanca  Maki. Traducido para todos, un sushi a la peruana, camarón tempura con palta, cebollín y salsa huancaína (que rico). Todo lo cual acompañé con una botella de Leyda Pinot Noir 2010, un rico vino de la zona de San Antonio (gran terroir del pinot noir).

El piso de madera y las lámparas de papel, me recordaron la ópera de Madame Bovary de Flaubert, pero estoy seguro que ella no comió tan rico como yo esta noche. Igual, sentí el drama operático, al observar las conversaciones de mozos y cocineros en el local casi vacío. Imagino que a veces es tan difícil conseguir diferenciarse entre tanta oferta y la tendencia cómoda de los chilenos, la mayoría no se atreve a experimentar y hay tanto por conocer!!!

Después de mi riguroso café negro sin azúcar, me alejé del lugar y caminé a casa pensando que la gran mayoría se quedó en cada casa viendo TV, una lástima para el destino de esta santiasqueña ciudad.

Regreso al Osaki : disfrutando cena nikkei

Han pasado unos cuantos meses desde la inauguración del Osaki, un local de comida fusión peruano-japonesa y esta noche era perfecta para una cena en dicho lugar.

Llegamos tarde tras el disfrute de una obra de teatro y el sitio estaba lleno, lo cual me alegró mucho, ya que mi experiencia anterior dejaba abierta la posibilidad que este lugar prendiera entre los amantes de la rica comida. Tan lleno que tendríamos que esperar un rato en la barra (sushi bar) mientras elegíamos el aperitivo y se desocupaba una mesa.

No alcanzamos a recibir el aperitivo, nuestra mesa regiamente ubicada nos esperaba. Hasta allí llegó el ceviche clásico con los respectivos pisco sours, combinación deliciosa.

Mientras disfrutábamos la entrada, revisamos la oferta de platos en la carta y aparecieron dos delicias, un filete huanca niku (filete al punto sobre vegetales salteados al wok con papa majada con salsa huancaína) exquisito y para mi partner una jaleita nikkei (chicharrones de pescado, camarones, calamares sobre yuquitas fritas (mandiocas) y chifles (plátanos peruanos) con un vaso de leche de tigre). Platos deliciosos, que se acompañaron felizmente con una botella de Parcela 7 un fantástico ensamblaje de Von Siebenthal 2008.

No había espacio para los postres, por lo que pasamos al café, un par de buenos cafés negros que dieron cierre a la rica cena.

Osaki, bien por la comida nikkei!!

Osaki : rica experiencia nikkei

En el mismo lugar que estaba el fantástico Naukana, se instaló hace pocos días este restaurant de fusión peruano-japonesa llamado Osaki. Claramente están en marcha blanca y por eso tiendo a perdonar detalles que en un buen lugar me sería más difícil hacer.

Se mantiene prácticamente intacto el diseño del local, lo que habla bien de Naukana. Solo cambió el mobiliario y por supuesto el estilo. Rica música lounge y chillout de delicada selección para hacer un momento agradable. La carta que experimentan es breve pero interesante. Partí por la experimentación de un ceviche Osaki, camarones, pescado, pulpo y cebollín con pepino y leche de tigre (ufff!!)., lo que acompañé con un buen pisco peruano doble. Muy bueno!!

Buena combinación aunque finalmente nada sorprendente ya que es una experiencia que he tenido en muchos lugares. Revisé la carta y me pareció tentador unas causitas nikkei con filetillos de pollo al panko, al grill y como chicharrón con salsa de olivas, mayo con ají y mayo con rocotto. Pero finalmente, opté por una causa Ebi Furay, camarones pankonizados en causa nikkei de palta y pepino con una salsa criolla auténtica y el rico teriyaky. Exquisito!!

Para el acompañamiento, nada mejor que un Santa Ema sauvignon blanc nuevo del 2010. Rica experiencia y prometedor lugar. Aunque los precios están un poco disparados, creo que hay potencial para ser un buen sitio.

Espero volver cuando ya sea un sitio consolidado.

Para cerrar esta incursión fui a beber un bajativo al restopub Palidaro, un sitio simpático aunque no está claro su rumbo. Solo puedo decir que ofrecen y cumplen con ello.