Fulano Zutano & Merengano : reencuentro delicioso

Hace poco tiempo que este querido lugar, reinventado en el Patio Bellavista, cuenta con patente de alcoholes, algo fundamental para poder disfrutar una buena cena. La versión anterior de este restoran en calle Agustinas,  la disfruté por varios años y me alegró mucho su reaparición.

Tras asistir a una obra de teatro sorprendente en el Teatro La Memoria, tenía la justificación precisa para ir a comer rico. Una obra basada en un texto de Maurice Maeterlinck, bajo la dirección de Rodrigo Pérez convoca a 8 actores notables, incluido el increíble Alfredo Castro (dueño de casa), para recrear una obra compleja, acerca de la fragilidad humana, la armonía artificial de la familia y lo que puede ocurrir en segundos cuando llegas a saber algo que puede romper la oficiosa y formal  tranquilidad interior.

Salimos del teatro en animada conversación, repasando detalles y textos de lo visto y caminamos hasta el Patio Bellavista hacia FZ&M. Elegimos el segundo piso, alejándonos del ruido ambiente y nos instalamos en un gran salón, deliciosamente diseñado, acondicionada temperatura y delicada música lounge.

El atento mozo, pronto nos trajo esos ricos pancitos calientes y salsa de untar, para entretener el paladar mientras llegaban nuestros aperitivos. Un Kir Royale y para mí un Mojito Esmeralda, una combinación novedosa de vodka, arándanos, albahaca, jenjibre y limón, delicioso!!.

La cena, una corvina Poché,  un filete de corvina con couscous, camarones, choclo y crema ácida para mi partner y para mí placer, una tilapia con salsa peruana, un filete de rica tilapia con salsa de aji amarillo, queso de cabra al olivo y finas hierbas, sobre una cama de tierna y verde lechuga. Para amplificar el placer, elegí una botella de pinot noir Amayna, del valle de San Antonio, una maravilla que sigue deleitándome.

Compartimos un delicioso postre de chocolates, precisamente un mousse de tres chocolates, uno nde los mejores postres que recuerdo y buen café negro, mientras terminábamos la interminable réplica de sensaciones de la obra de teatro que compartimos.

FZ&M, está más delicioso que nunca!!

Una cena que no falla, Machu Pichu otra vez

Una noche tranquila a pesar de la afiebrada actividad laboral en que estoy inmerso. Nada mejor para este momento que buena comida peruana y en un lugar que poco a poco se ha ganado un prestigio notable, que hace hasta dificil encontrar una mesa sin previa reserva.

Llegamos a buena hora y por los preparativos, claramente había una celebración multitudinaria que ocupaba casi todo el local, aunque no había llegado casi nadie. Tras un divertido diálogo con un mozo, nos conseguimos una mesa en el salón principal y lanzamos el primer pedido, dos ricos pisco sours y unas causas de camarones y de atún como parte de la abundante entrada de una buena cena. Como claramente la selección de la cena iba por los pescados, corvina al cilantro y una corvina menier y arroz, el vino era bastante obvio y de la carta salió un pinot noir Terrarum de Morandé 2009, una combinación probadamente exquisita.

No quedó espacio para probar postres pero un buen café negro, un cierre adecuado para tan rica cena.

Vuelvo al RAI por «obligación» : me lo merecía!

Cuando estuve la última vez en este lindo lugar, los habituales desaciertos de los POS basados en celulares de Transbank, hicieron que pagara dos veces la cuenta y además por dos valores distintos. Tratemos de explicarlo!

Para fortuna mía, la administración ofreció a darme crédito por el valor mayor pagado en exceso y solo bastaba que volviera a aparecer por allí. Hoy era el día preciso, intenso y hasta desgastador, era imprescindible algún placer.

Llegué tras una jornada extenuante, pero con las ganas que siempre tengo de disfrutar algo rico. Desde el comienzo, la complicidad fue total, el mozo, un muchacho notable que me rec onoció al instante y la administradora, a quien saludé en sensual beso (es una mujer estupenda) y el restorán a mi disposición. No había nadie más, por lo que elegir fue un placer.

Fui atendido con extrema delicadeza, demasiado rico el regaloneo. Partí  con una copa de kir royale, un aperitivo neutro y delicioso, mientras exploraba la nueva carta, claramente en marcha blanca.

Me pareció una buena opción probar como entrada un dúo de brochetas, un plato con un par pinchos cargados de camarones ecuatorianos y un pincho con tentáculos de pulpo formando un círculo y montado sobre un pote de pebre de mote casero. Todos los pinchos con una salsa BBQ de membrillo. Un plato increíble!!

Previo a la entrada, dejaron mi rico aperitivo y unos panecillos calientes y una salsa de untar exquisita, que no pude resistir la tentación de probar. Para los fondos, habían varias opciones extremadamente seductoras, pero me entusiasmé con un mero RAI, filetes del rico pescado de rocas acompañado de un risotto de mote y queso de cabra. Sobre el risotto unas almejas sabrosas que fueron un detalle formidable para hacer una mezcla de sabores irresistible. Por cierto, para un plato así no cabía otra opción que un pinot noir de Tabalí 2009, del increíble valle de Limarí.

Una cena merecida de todas formas y animada por todas las casualidades afortunadas del placer. Pero no podía irme sin cerrar con un disfrute más, pedí un strudel de frutos secos fantástico y un buen café negro. Ni me di cuenta de como fueron ocupándose las mesas alrededor, ya que extasiado con mi cena y escuchando una selección de música al estilo Budha Bar y jazz singers, no me dejó preocuparme de nada más.

No pudo ser mejor esta noche, nuevamente RAI me sorprende con grandes disfrutes!!!

Día de Internet : celebrando como niños

Desde hace varios años tengo por rito esencial invitar cada 17 de mayo a todo mi equipo a celebrar el día internacional de internet, haciendo algo disfrutable que eufemísticamente lo rotulamos como un taller.

Este año, que ha sido especialmente intenso y lleno de sobre esfuerzos, era un buen momento para hacer algo verdaderamente lúdico. Así es que cuando alguien propuso ¿y porqué no vamos al Monticello?, me pareció espectacular aún a pesar del hecho que no me gustan los juegos de azar. Lo que ocurrió esta tarde, me demostró que había mucho más que eso.

Durante la mañana, mientras algunos sacábamos llamas en el teclado para avanzar rápido, algunos del equipo hicieron las pitanzas acostumbradas visitando a todos los miembros de la gerencia entusiasmándolos con nuestra celebración y regalándoles una chapita conmemorativa que diseñamos para la ocasión, además de compartirles golosinas que regamos por todas partes para el goce colectivo.

Cerca de las 13 horas partió el primer grupo mientras el resto corría para cumplir compromisos. Así, a las 14 horas salió el segundo grupo y finalmente cerca de las 14:30 logré salir con la última persona que me esperaba y caminar raudos para abordar el último vehículo rumbo al disfrute.

Un viaje veloz y más breve de lo que imaginaba, nos dejó en este curioso lugar. Parece una pequeña ciudad enclavada entre las autopistas y extrañamente silenciosa y pulcra. En el bonito restoran Santa Masa nos esperaban para nuestro almuerzo, que obviamente habíamos programado con antelación.

Aperitivos para todos, desde jugo de frutas hasta champaña, para acompañar unos ricos appetizers que desaparecieron rápidamente dada la voracidad del hambre acumulada. Pronto llegarían los fondos, tres variedades de pastas, tres opciones de salsas acompañadas de una rica copa de vino. Un almuerzo delicioso y una atención espectacular.

Este inicio gastronómico estuvo marcado por las bromas y decenas de fotografías que se subieron en línea al facebook, para compartir con los amigos que no estaban presentes. Tras los postres, terriblemente dulces y sabrosos, nos fuimos a preparar para una tarde de juegos.

La primera estación fue el bowling, donde de hecho eramos los únicos jugando y desordenando el ambiente. Hace tanto tiempo que no nos divertíamos tanto con todo el fabuloso equipo que tengo el honor de liderar. Tras dos secuencias completas de juegos y cansados de tantos esfuerzos, ya que para las chicas definitivamente los bolos son muy pesados. En la desesperación, una de ellas incluso caminó por la pista hasta unos dos metros de los palitroques y lanzó triunfante y ….., falló!!!!. Una de las escenas más chistosas de la tarde.

En patota nuevamente, nos fuimos al karting. Quién puede creer que tienen una pista y que los autos eléctricos realmente andan rápido. Nos turnamos para conducir como locos por la pista en forma de 8 con una gradiente de varios metros, suficiente para provocar algo de vértigo cuando se va con el acelerador a fondo. Deliciosa experiencia y sobretodo graciosa, es tan rico jugar como niños!!!

A estas alturas, una parte del grupo se fue a jugar a disparar con rifles electrónicos, mientras otros nos fuimos a conocer el casino. Un día de semana y gran cantidad de gente en el interior, me parecía tan extraño. Gente jugando en máquinas, lejos lo más fome que he visto. Pero en las ruletas y las mesas de cartas, parecía haber algo más interesante. Tras observar largo rato una concurrida ruleta en donde un par de chicas de mi equipo ganaron bastante dinero, pero que no pude encontrarle mayor gracia, me instalé a ver jugar black jack.

En realidad jugar a las probabilidades tiene componentes de adrenalina y mente rápida, lo que tras una larga media hora, me llevó a intentar el juego. Partí con 10 mil pesos (equivale a dos fichas del valor mínimo de postura) y comencé a experimentar. Llegué a ganar 60 mil pesos y luego del cambio del croupier, perder finalmente casi todo. Bueno, solo fueron 3 mil pesos, pero me divertí muchísimo. Hubo ganadores y otros que perdimos algo de dinero, pero la diversión fue plena para todos.

Ya cerca de las 21 horas iniciamos el retorno a Santiasco, con la cara llena de sonrisas y con la sensación de haber disfrutado un gran día de Internet.

Centre Catalá : delicioso y conversado almuerzo

Un almuerzo para conversar y disfrutar algo rico, requería un lugar especial y que estuviese en las cercanías del lugar de trabajo de una buena y antigua amiga con quien me juntaba hoy.

Tenía en mente tres lugares (plan A, B y C, como corresponde), sin embargo, el plan A fue certero y tras una breve caminata nos encontrábamos en la terraza anterior de este viejo pero estupendo local.

Con esa elegancia tradicional y buena atención, llegaron las cartas y la orden de nuestros aperitivos, kir royales  ricamente preparados. Mientras disfrutábamos el agradable aperitivo, yo aprovechaba de calmar mi hambre con esos pancitos franceses fantásticos y una salsa de mayonesa y ajo exquisita. De paso, nos trajeron unos appetizer de regalo muy especiales, tostadas con aceite de olivas, orégano y un trozo de fino salame español y unos vasitos con un caldo tibio de verduras maravilloso!!

Los fondos no pudieron ser más acertados, un filete de ternera con una salsa de parmesano de queso de cabra y mis canalones de carne con bechamel, exquisitos. El primero ya lo había probado antes y el que elegí esta vez,  fue una sorpresa de sabor de esta tradicional receta catalana. Por supuesto, no podía faltar un buen vino y el elegido fue un Corte de la Hacienda Araucano  Clos de Lolol 2007, un ensamblaje delicioso de Cabernet Franc, Carmenere y Syrah. Mmmhh, que más se puede pedir!!. Ok, un par de ricos cafés negros.

Fantástico almuerzo y mejor conversación.

Genovese : nueva opción en Barrio Italia

Esta noche tenía la firme convicción que mi hambre me conduciría a un buen y nuevo lugar, por lo que salí a caminar sin rumbo preciso. Tras constatar la permanencia de varios sitios filetes y que podrían ser mi plan B, decidí explorar por calle Condell y de pronto, un nuevo sitio, con menos de un mes en marcha.

Una linda casa y un pizarrón en discreto atril anunciando tenedor libre como posible tentación. Miré a través de las ventanas y logré divisar que existía una terraza en un patio interior. Esa es una clave que jamás dejo de atender y por supuesto que decidí ingresar.

Una chica que finalmente resultaría una maravilla en calidad de servicio, me comenta -una vez que me instalé en la terraza cerca de un frondoso y cargado árbol de limón- cual es la oferta del lugar. La especialidad claramente, pastas y en una modalidad interesante para esta noche. Fettuccinis, raviolones y ñoquis, con la posibilidad de combinar con pesto casero, salsa pomodoro y salsa alfredo. Ofrecen una copa de vino y todo por un módico precio. Además hay opciones de pizzas y platos con mechadas.

Decidí innovar un poco y cambié la copa de vino por una botella de agua mineral sin gas y pedí mi primer plato, ñoquis con salsa pomodoro y una botella del mejor merlot disponible en el lugar, un gran reserva Tarapacá merlot 2008.

Un plato delicioso y abundante, lo cual no me amilanó, sino que exacerbó mi apetito y pedí a continuación un plato de raviolones al pesto. Estupenda elección, que disfruté largamente mientras observaba el bonito patio con sus jardineras laterales iluminadas con focos. La chica, atenta a cada movimiento de los clientes, se adelantó casi siempre a mis pensamientos y me sentí atendido como los dioses. Un lindo detalle arquitectónico es la existencia de varios arcos romanos en la construcción, imagino creados como parte de la remodelación de la casona.

Por supuesto, fiel a mis propósitos, pedí el tercer plato (solo para campeones golozos), unos fettuccinis Alfredo. Reconozco que no fui capaz de comerlo completo, pero si el 80% del delicioso plato tan bien acompañado con el vino elegido. La música noventera a volumen adecuado es una buena opción del restoran.

Bueno, no quedó espacio para el postre, pero si para un buen café, el cual llegó preciso en manos de la atenta chica. Me di por satisfecho con plenitud, este lugar promete!!!

Osadía : probando lugar taquilla

Tengo cierta resistencia interna a visitar sitios que tienen exceso de publicidad o aparecen demasiado en las citas faranduleras, me produce un hastío a priori que hace que los evite.

Es el caso de Carlo Von Muhlenbrock, chef y alma de Osadía ambos un tanto sobrexpuestos, pero por esas casualidades de la vida, hoy quedé enfrente del restoran y no pude resistirme a experimentar.

Una casa hermosa y de riguroso blanco en Nueva Costanera, con comedores elegantes y bien diseñados  en el interior, manteles largos y blancos, buenos cubiertos y lindas sillas con cuero. Sin embargo, fiel a mis gustos, apenas divisé la posibilidad de una mesa en la terraza, me instalé allí. Nada mejor para la canícula santiasqueña, que una buena terraza. Por cierto, salvo por los sillones del lounge en la terraza, todas las mesas estaban ocupadas y algunas pocas en el interior. No soy el único en mis aficiones!!.

Me ponen cubiertos y toman mi pedido de aperitivo, un kir royale y luego la moza desaparece. Me extrañó de inmediato, que no se preocupara de habilitar como corresponde la mesa e incluso algo tan básico como ofrecerme la carta. Dejé pasar los minutos, mientras observaba los arbolillos en la terraza, la distribución con espacios generosos y la exquisita música chillout y bossa jazz que se escuchaba gratamente en el sitio.

Llega mi kir royale, muy bien preparado y le pido la carta a la chica, ya que evidentemente no se había percatado del error. Sin embargo, desaparece nuevamente y mi impaciencia comienza a alcanzar niveles de molestia. Diviso de pronto al maître y le llamo con un gesto. Ahí expuse mi reclamo con elegancia, pero quedó muy claro que no aceptaría la negligencia.

Llegó rápidamente la carta de comidas, con una buena dotación de opciones a revisar, además unos panecillos calientes (con masa pastelera, maravillosos) y mantequilla. Oh!, por fin comenzaban a atender. Elegí un lomo de cordero patagónico sobre una pastelera picante y  luego de la carta de vinos que solicité,  seleccioné una botella de un gran reserva Chamán, un malbec del valle de colchagua año 2006.

Mi reclamo fue certero, porque el plato llegó con una rapidez asombrosa y además el sommelier llegó a mi lado a conversar unos minutos sobre vinos mientras servía, académicamente perfecto, el vino.

El plato definitivamente exquisito, la pastelera mezclada con ciboulette y los trozos de cordero perfectamente cocinados al punto rojo (3/4) con una salsa al vino maravillosa.

Reconciliado con el lugar, pedí la carta de postres (interesante las cartas separadas no?) y elegí una terrina de chocolate amargo con salsa de frambuesas y preciosamente adornado con arándanos, frutilla y frambuesas. Una delicia como pocas!!!

Solo quedó tiempo para beber un buen café negro y pagar la cuenta, finalmente el sitio pasa la prueba.

Il Siciliano : disfrutando pastas y vino

Es un viejo lugar de la zona taquillera de Bellavista y que por diversas razones inexplicables pocas veces he visitado. Confieso que la mayoría de las veces me tiento más con otras comidas o lugares alrededor de este restoran.

Llegué temprano a cenar tras un agitado día en cleta y compromisos varios, lo que me permitió elegir una buena mesa sin tener que haber hecho reserva. El lugar es bonito y se han preocupado de mantener un buen look a pesar de los años, la barra del bar es estupenda y el diseño de los espacios está muy bien logrado.

Partí con mi habitual agua mineral sin gas, momento que siempre aprovecho para hurgar en la carta y dejarme seducir. Me interesé prontamente con un Carpaccio alla Ducale, una maravilla que no había probado antes. Son unos finos cortes de filete sobre los cuales se distribuye un conjunto de rollitos de prosciutto, queso parmesano y cortes de champignones. Solo tuve que poner algo de limón, aceite de olivas y conseguir pimienta fresca para esparcir unos cortes pequeños de pimienta sobre el plato. Exquisito!!!

Exploré la sección de vinos de la carta y le apunté justo al que no tenían, sin embargo, habían buenas opciones y terminé eligiendo una botella de carmenere Reserva de La Joya 2009, que me acompañaría el resto de mi entrada y los fondos que luego pediría.

De la carta elegí un plato que desconocía, un Fazzoletti Siciliani, pasta rellena de mariscos con una salsa de champignones, mozarella sobre espinacas a la crema, todo cubierto con salsa de tomates y gratinado con parmesano. Nada que añadir, un plato 100% disfrutable y hermosamente presentado en un plato de fierro muy caliente.

No podía dar por terminada la incursión sin pedir un buen postre y el elegido fue un Suspiro di Sicilia, un bizcochuelo relleno de crema limón y cristales de merengue. Postre que se dejó acompañar maravillosamente con un buen café negro.

Deliciosa cena y espectacular partida de una noche de jazz. Esta noche en Jazz Bellavista (club de jazz de Le Fournil) se hacía la despedida del maestrísimo pianista y compositor Felipe Riveros, quien junto a Sebastián González en contrabajo y Carlos Cortés en batería, daría una sesión imperdible de buen jazz.

Felipe migra una temporada a Paris, según me confiesa sin ningún proyecto específico y solo a visitar a su novia. Como sea, la sesión musical fue fantástica con un recorrido por temas de algunos de sus discos. Le pedí que tocara Santiago, un tema maravilloso que me recuerda siempre a E.S.T. y que lamentablemente no lo tenían ensayado. Tendré que esperar el regreso de Felipe para que cumpla mi musical anhelo en una próxima tocata.

Gran noche!!

Brown : una terraza que había olvidado

Hace años este lindo sitio en ese oasis citadino de calle Gotuzzo, fue uno de mis anexos de oficina. Una extensión natural que hice para sobrevivir en los calores horribles de Santiasco y de paso disfrutar amenas reuniones con mi equipo una vez por semana. Eramos conocidos por llegar en «patota» a desayunar y por alrededor de hora y media hacer una reunión de coordinación, trabajo y placer intimamente unidos.

Brown Tea & Soup, es un lugar con onda, especialmente por la terraza y la buena atención. La existencia de una pileta y el hecho que es un paseo peatonal, genera la sensación de estar en algún remoto lugar fuera del centro, pero curiosamente está a menos de una cuadra del Palacio de Gobierno. Estz zona está compartida con otro delicioso sitio, el Blue Jar, mi otro anexo de oficina y por las mismas razones.

Hoy recordé el Brown y no dudé un instante en revisitarlo. Gran idea, pues encontré una buena ubicación en la terraza y no tardé mucho en estar pidiendo un rico jugo de melón tuna para calmar la sed  y una entrada francamente seductora, un ceviche de palmitos con mousse de palta. Imaginen un recipiente de greda con trozos de palmitos, cortes de pimiento rojo, cebolla en cuadritos y limón, encima una buena porción de mousse de palta. Delicioso y novedoso!!

El plato de fondo, igualmente seductor, fue un buen trozo de jugoso lomo asado cocinado al ajillo, montado en un risotto de quinoa maravilloso. Qué maravilla de sabores!!

Definitivamente extasiado, no quise siquiera postre para no perder el sabor fascinante. Después de un rato, ordené un café negro y la cuenta, ya que el tiempo no pasa en vano y había que regresar.

Brown sigue siendo rico!!

Da Noi : tradición y sabores a la italiana

Este restaurant debe tener por lo menos 20 años en este lugar y la verdad es que no solo ha sobrevivido sino que ha consolidado su prestigio de excelentes pastas italianas y una relación de precio calidad fantástica.

Este fue un día que comencé tarde, ya que decidí no ir a la montaña y dormir hasta que se me quitaran las ganas. Eso implicó que desayuné alrededor del mediodía y luego preparé mi mochila y cleta para dar un buen paseo.

Inicié mi periplo tomando la ciclovía de Antonio Varas, luego la de Pedreros con la cual llegué al Parque Bustamante y de ahí, a subir el cerro San Cristóbal por Pio Nono. Llegué a la cumbre bastante transpirado ya que la temperatura ambiente era un horror, claramente más de 30° celsius a la sombra y muchos más fuera de ella. Compré una botella de agua mineral bien helada y gran parte de ella me la vacié en mi cabeza, que rico!!!

Mientras descansaba continé con la entretenida lectura del libro El Gran Diseño de Stephen Hawking, uno de los libros de física más divertidos que he leído. La posibilidad de una teoría única que explique todo, es un desafío notable.

La bajada del cerro es un placer que solo conocen quienes lo hacen, el placer vertiginoso de bajar a todo dar. Hoy alcancé 54.4 Km/h, algo exquisito!!

Ya en la ciudad, me dirigí hacia el sector de Plaza Ñuñoa, pero no había nada que me llamara la atención, exploré calles hacia Plaza Egaña y finalmente me devolví por el sector de José Domingo Cañas. Calles solitarias y el sempiterno calor de este asoleado día.

Finalmente, llegué al barrio Italia y de pronto el Da Noi, el único restaurant atendiendo pasadas las 16 horas. No lo dudé, estacioné mi cleta y me dirigí al patio del local, una terraza interior deliciosa, con una pileta de agua y la agradecida sombra de los paraguas.

Pedí una botella de agua mineral helada y una provoleta para comenzar. Mientras tanto llegó la cesta de panes calientitos y la tradicional salsa de tomates y carne para untar. Deliciosa forma de prepararme para disfrutar un buen plato. Espolvoreé pimienta fresca sobre la provoleta para incrementar sus sabores y la disfruté hasta que llegó mi plato, un agnolotti de atún, cebollín y ricota cubierto con una salsa rosa (tomate y crema) que fue una delicia mientras bebía una botella de merlot gran reserva Santa Helena, de los pocos vinos que quedaban en el local (me pidieron disculpas por estar un tanto empobrecidos en la oferta de vinos).

Excelente atención, a pesar de la hora, pues hasta  pude disfrutar una copa lombarda, helado de limón al agua con licor de menta y un rico café de cierre.

Da Noi, un gran lugar!!!