Akbar : buen sitio de paso en Ñuñoa

Un hambre galopante y la urgencia de resolverla en poco tiempo, me dieron la oportunidad de conocer esta oferta en el entorno de Plaza Ñuñoa.

Un sitio sencillo pero bien armado, ondero tipo Liguria con foco entorno a los 80 por la música que se escucha y claramente orientado en la clientela que busca algo efectivo, sabroso y bien servido.

La carta focalizada en las pizzas a la piedra y los tragos, ninguna complejidad, directo al instinto. Tras revisar la oferta, decidí por una pizza Pamela, curioso nombre para una combinación que me encanta, queso, mozarella, jamón cocido y rúcula. Deliciosa!!!!

Acompañé esa pizza para dos o tres, que devoré en instantes con un buen Absolut Kurant y ginger ale. Un atento y rápido servicio completó la experiencia. Una verdadera solución al paso.

Bigas Restobar : filete al paso

Tras una agitada jornada de trabajo, nada es mejor que hacer un alto en una terraza fresca y bien dotada de un restorán conocido. El Bigas es un restobar de la Plaza Ñuñoa, comida española de buena factura.

Abundante oferta de tapas y tragos y un atento servicio. Partimos sacándonos el calor con una sangría deliciosa, fresca y frutosa. Con una entretenida conversación, nos dió un poco de hambre y no nos hicimos de rogar, nos tentamos con un pastel de cangrejo increíble, el cual compartimos con una perfecta botella de vino carmenere.

El tiempo disponible no nos permitió disfrutar más este sitio, pero hay que agradecer la buena experiencia lograda.

jueves sin sangre y feliz

Estaba planificado un carrete dieciochero laboral para esta tarde de jueves.

Un asado en casa de una colega, con muchas actividades planificadas, pero que en la práctica se redujeron a eventuales peloteos, algo de pinpón y un fallido partido de futbol mixto. El resto solo fue comer y beber, además de conversar largo y tendido de cualquier cosa que no fuese pega. Había un cierto aire de disfrute y me alegra que varios hayan dejado sus máscaras en la pega.

Este jueves estaba marcado por el hecho que iría a ver la obra Sin Sangre. Apresuradamente, sin despedirme de nadie, abandonamos la parcela en el primer vehículo que salió y tenía espacio disponible. Un divertido viaje de vuelta, que me dejo en pleno centro de Santiago. De ahí, fui hacia la Plaza Ñuñoa al Bigas Restobar, a servirme algo para calentar motores y encontrarme con mi compañera. Sitio agradable y a esa hora casi vacío, por lo que la conversación fluyó sin contratiempos.

A 10 minutos de la hora del teatro, caminamos al Teatro de la UC, sitio de la magia. Maravillosa obra, mi compañera extasió y de vez en cuando sus miradas de asombro y deleite, me iluminaron el corazón. Mi linda compañía sabe apreciar lo bueno.

Concluida la placentera cita con el arte, nos fuimos a otro sitio en la Plaza Ñuñoa, a beber unos tragos y a disfrutar su compañía. Que rico es gozar la vida así.